El diario de Amilibia: Palomas guiando misiles

El diario de Amilibia: Palomas guiando misiles

Dijo Ayuso: «No puedes pedir que Israel no se defienda, que no ataque al terrorismo, que se deje aniquilar. No puedes pedir que pongan fin a Hamás o Hezbulá con flores. Eso es abrirle las puertas al Mal». Parece que con estas emotivas palabras no ha conseguido conmover a Ione Belarra ni siquiera a Mertxe Aizpurua, gran experta en terrorismos, pero sí al Apolo de la Moncloa, que ha decidido viajar hoy al Vaticano para rezar con el Papa Francisco por la paz en Oriente Medio. Podría acudir acompañado de la Yoli, que tiene mucho predicamento con el Santo Padre y ha aprendido a decir eso tan bonito de «la proporcionalidad en la respuesta», ahora que Irán y el islamismo en general piden desde sus minaretes la destrucción total de Israel y, por tanto, de todos los judíos, que ahí Hitler se quedó un poco corto.

Como si respondiera a Ayuso, el arzobispo Albares ha pontificado mientras los tertulianos zurdos siguen hablando del «genocidio» de Israel en Gaza y Líbano: «El antisemitismo es ampliamente rechazado por la sociedad española». Sí, como el racismo. Pronto declarará que si el Frente Atlético grita ¡mono! a Vinicius, lo hace en homenaje al Mono Burgos. Bernard-Henry Lévy, que defendía el reconocimiento de los dos estados años antes que el Apolo de la Moncloa naciera, dice: «Gran parte de la izquierda sigue viendo a los asesinos de Hamás como miembros de un movimiento de liberación». Este año, los IG Nobel, la versión humorística de los Nobel, ha premiado un estudio sobre la utilización de las palomas para guiar misiles, alojándolas vivas en el interior del arma.

Así, a la espera de lo que decidiera el sector pontificio Palomas de la Paz, la guerra se decantaría a un lado u otro dependiendo de que las palomas fueran de izquierdas o de derechas, ¿no?

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