El diario de Amilibia: Vale, castigados sin móvil

El diario de Amilibia: Vale, castigados sin móvil

Cuentan las lenguas viperinas peperas que Feijóo está estudiando con sus asesores pedagogos la retirada de los móviles de sus diputados en el control de entrada al Congreso, como hacen con sus alumnos en algunas escuelas de Francia, Grecia, Italia, Suecia, Países Bajos, etc. Está medida le parece, de momento, muy apropiada: intuye que muchos de ellos se distraen con sus dispositivos y no fijan la atención en la lectura de las enmiendas que luego votan. Así, y a la espera de lo que puedan opinar los portavoces (Tellado se opone: necesita leer los mensajes que le envía Cuca), el trío más afectado, Moro, Velasco y Belmonte, ponentes de la reforma/regalo a Bildu, confiesan en la intimidad que están dispuestos a sacrificar por el partido el bocata de la merienda, pero que no les quiten los móviles, porfa, por si les llaman sus señoras para decirles que no se olviden de comprar las croquetas en Lhardy.

Si la medida no fuera aceptada, al menos se establecerían algunas prohibiciones en el uso de los móviles durante el tiempo que permanecieran en sus escaños: jugar al Candy Crash, Diablo Inmortal (preferido de González Pons), Zombie Guard, Mario Kart, Juego de Tronos, etc. Ver películas o series. Ver «La revuelta». Ver porno (se oponen, dicen, Borja Sémper y Cayetana Álvarez de Toledo). Hablar con tertulianos de izquierdas. Enviarle coñas por wasap a la Yoli por el vestidito que luce. Dedicarse a publicar con seudónimo en X chanzas sobre los compañeros de partido, especialmente a los que Feijóo invita a los retiros espirituales los fines de semana, adjudicándoles motes.

Cuentan que lo que más enciende al líder gallego son las coñas que los sociatas le sueltan en los pasillos de Congreso: «Cuenta conmigo para lo que quieras, vida mía» o «te debo una, querido». Por ejemplo.

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