El viernes por la noche, después del partido en Leganés, Pepelu, Sergi Canós y Rubén Baraja tuvieron que bajarse del autobús para calmar los ánimos de los aficionados que se habían desplazado hasta Butarque para animar a un Valencia en horas críticas. Un equipo, uno de los históricos de la Liga, que ocupa uno de los puestos de descenso después haber sumado solo una victoria y tres empates en nueve jornadas. Una racha que engancha con un final de la pasada temporada tan pésimo como intrascendente: ocho puntos en las nueve últimas jornadas. Las cuentas dicen que el equipo de Rubén Baraja ha conseguido 14 de los últimos 54 puntos.
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