Bárbara Rey está en boca de todos 30 años después de
realizarse unas fotografías que están causando furor tanto dentro como fuera de
nuestras fronteras. Las imágenes publicadas por la revista holandesa ‘Privé’,
en las que aparece con el Rey Juan Carlos haciendo una paella y en actitud
cariñosa, no ha dejado indiferente a nadie. El foco de la noticia se ha puesto
en Boadilla del Monte, donde la actriz poseía un impresionante chalé pareado en
el que fueron realizadas las fotografías que le “arreglaron la vida”. Esas con
las que se cometieron tres chantajes a la Corona, dos con éxito y uno fracasado, que la protagonista niega, pero su hijo ha probado. Y es que él dice
ser el autor de las imágenes de la controversia, captadas desde las propias
verjas que limitan la propiedad. Ha narrado con todo lujo de detalles cómo
practicó el mejor ángulo para complacer los deseos de su madre en 1994. Una
mansión que, 25 años después, cambió de dueño, tras ponerle a la propiedad el
cartel de ‘se vende’.
Esta residencia, además de espectacular y con todo lujo de
comodidades, encierra un capítulo de la historia reciente de España. Situado a
tan solo 20 minutos en coche del Palacio de la Zarzuela, la actriz estaba
atravesando apuros económicos que le empujaron a deshacerse de su joya
inmobiliaria. Y lo hizo por debajo de su precio de mercado, ansiosa por una
inyección de liquidez a sus cuentas. Al final se fijó la transacción en 690.000
euros. Un precio que hubiese sido considerablemente mayor ahora, que se conoce
que fue escenario de las fotografías de las que todos hablan, las que tomó Ángel Cristo con solo 13 años, según él, o un amigo de la familia que ha
muerto, según su madre. Sea como fuere, la escena del crimen es la misma y ya
llamó la atención de una persona que también arrastra popularidad.
Se encuentra emplazada en uno de los distritos más elitistas
de Madrid, de ahí que sean muchas las fortunas que acuden a aquí para
protegerse de miradas indiscretas. Por supuesto, también numerosos rostros
conocidos, que buscan privacidad y alejarse del ajetreo de las ciudades, sin
renunciar a las comodidades que ofrece tenerlas a escasos minutos. Algo que
seguramente aconsejaron al futbolista Julián Álvarez, nuevo propietario de la
vivienda de la polémica. El nuevo flamante fichaje del Atlético de Madrid se
dejó seducir por los encantos del chalé pareado sin conocer los secretos que
escondían sus muros. Si ellos hablasen… pero no fue necesario, pues le
conquistaron sus 474 metros cuadrados de extensión, distribuidas en tres
plantas y levantada sobre una parcela de 687 metros cuadrados. Tiene seis
habitaciones individuales, con sus respectivos cuartos de baño, así como otras
comodidades como jacuzzi, gimnasio o su propia bodega.
Unos rincones en los que Bárbara Rey fue feliz junto a sus hijos
antes de instalarse en Marbella, periodo en el cual sufrió el robo de las
cintas, los negativos y demás material que probaría su relación con el Rey Juan
Carlos y que sirvió como seguro de vida, previo chantaje, para que no le
faltase nunca de nada. Al final se quedó sin las fotos, sin la exclusiva de
contar ella misma su verdad y, por el camino, también ha perdido el favor de un
hijo que ansía venganza, sin miedo a acabar en prisión por sus acciones, como
así le prometen que le darán tanto su madre como su hermana.
