El fenómeno Kamala Harris

El fenómeno Kamala Harris

Hace unas semanas, la opinión generalizada era que Kamala Harris era una política prescindible y que su continuidad en el ticket de Biden se debía a que no existía una alternativa. El propio presidente de Estados Unidos no había contado con ella estos años y su gestión había sido un fracaso. Hasta la poderosa prensa demócrata la tenía marginada. A pesar de ello, la han convertido en una estrella mediática y la maquinaria propagandística se ha puesto en marcha con gran fuerza para revertir unas encuestas que deban a Biden como el perdedor frente a Trump. La retirada del inquilino de la Casa Blanca, muy a su pesar, forzado por sus meteduras de pata y su incapacidad manifiesta para ejercer el cargo se ha convertido en la gran oportunidad de una política ambiciosa y mediocre. Es algo que ha demostrado en los cargos que ha ocupado desde la fiscalía hasta ahora, pero no importa porque los medios de comunicación tienen un poder enorme en Estados Unidos y son, en su inmensa mayoría, demócratas. Trump los tiene en contra y no será fácil que consiga la victoria.

Harris representa el ala izquierdista de su partido, aunque parece que aquí les gusta, curiosamente, a algunos dirigentes del PP. Es lo políticamente correcto, para impedir que te llamen ultra o que formas parte de la fachosfera. Por supuesto, su victoria será utilizada por el sanchismo como una reafirmación de que Kamala es uno de los suyos. La política española es bastante simple y sería impensable que la candidata demócrata fuera de la mano de comunistas, antisistema o antiguos terroristas de ETA. No se sentiría cómoda con las formaciones de la izquierda populista iberoamericana. Es evidente que nunca haría los disparates que hace Sánchez para comprar su continuidad o conseguir que Illa sea presidente de la Generalitat. Hay una cosa que me gusta mucho de los estadounidenses, al margen de su adscripción partidista, y es su profundo patriotismo que es algo que no podemos decir de Sánchez, como ha demostrado, y sus aliados. Los dirigentes del PP son muy libres de apoyar a Kamala, pero no conseguirán evitar que les llamen ultras. No me gusta ni Harris ni Trump, pero creo que la primera será otra incapaz como Obama o Biden, aunque gozará, como ellos, de buena prensa.

Francisco Marhiuenda es catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE).

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