El fracasado Scholz sigue la estela de Sánchez

El fracasado Scholz sigue la estela de Sánchez

La socialdemocracia está en retroceso en Europa. Es algo tan evidente que solo hay que acudir a los resultados electorales. El desastre sufrido por el canciller Scholz y sus aliados en las elecciones en Turingia y Sajonia muestra que su proyecto está agotado. Es un dato que se suma al fracaso que sufrieron en las europeas. Lo normal sería que disolviera el parlamento y convocara elecciones, pero a Scholz, al igual que le sucede a Sánchez, lo único que le importa es seguir en el poder. El partido de ultraderecha AfD ganó en Turingia y quedó segundo, a poca distancia de la CDU, en Sajonia. Por tanto, los conservadores sacaron un buen resultado en las dos regiones frente a la debacle sufrida por los tres partidos de la coalición de izquierdas que gobierna en Alemania. Ahora se aplicará el cordón sanitario, pero será una negociación muy complicada y de consecuencias inciertas. Los democratacristianos tendrán que lograr el apoyo del resto de formaciones, incluida la izquierda más radical, para gobernar en Turingia y Sajonia.

Me parece desastroso cualquier gobierno que se pueda formar con el apoyo de partidos de la izquierda o la derecha radical. Es cierto que los medios de comunicación alemanes, con un claro sesgo ideológico, tanto de los periodistas como de sus propietarios, contemplan con una mayor simpatía al comunismo o a los populistas de izquierdas que a la ultraderecha del AfD. Esta realidad no esconde el declive de la izquierda tradicional y sus aliados como consecuencia de su incapacidad a la hora de conectar con su electorado. Más del 30 por ciento de los habitantes de Turingia y Sajonia han apoyado a la ultraderecha. La pregunta realmente importante, más allá de establecer esos cordones sanitarios, es por qué ha sucedido. En poco tiempo, el AfD ha tenido un crecimiento muy importante, pero podemos mirar a otros países de la Unión Europea donde se producen estos fenómenos. Hay un desencanto hacia un sector de la clase política, convertida en casta, por su disociación de la realidad de sus votantes. En España sucede con el sanchismo que ha transformado el PSOE en un proyecto personalista al servicio de su líder como hemos visto con la amnistía y otras mentiras políticas que se justifican como cambios de opinión.

Francisco Marhuenda es catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE).

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