La primera medida que adoptó el ahora conseller de Agricultura, Miguel Barrachina, tras tomar posesión de su cargo el pasado 15 de julio, fue aprobar una partida de 1,4 millones de euros para enviar cubas de agua a las ganaderías de la Comunitat Valenciana con problemas para abastecer a sus animales debido a la fuerte sequía que azota a la región. De esta forma, daba respuesta a una demanda de hacía meses que se venía produciendo desde estas instalaciones, que alertaban de que se estaban viendo obligadas a sacrificar a parte de su ganado por no poder darles de beber.
La situación era tan dramática que la medida se aprobó de manera inmediata y el 29 de julio se envió la primera cuba. Desde entonces, casi un mes después, la Conselleria ha repartido un total de 15 camiones cisterna con 7,3 millones de litros de agua entre más de 40 municipios de las tres provincias, que han alcancanzo a más de 100 explotaciones ganaderas.
Debido a su peor situación, la provincia en la que se ha repartido una mayor cantidad de este recurso ha sido la de Castellón, con un total de 6 millones de litros de agua, seguida de Valencia, con 670.000 litros y, por último, Alicante, con 200.000 litros de agua recibidos.
Tal y como explicaron ayer fuentes de la Conselleria dirigida por Barrachina, la distribución se realiza a demanda, es decir, son las propias explotaciones las que deben solicitarlo. La medida se prolongará durante tres meses, durante los que se prevé llevar hasta 3.500 camiones cisterna y 70 millones de litros de agua. Gracias a esta inversión, se puede dar ayuda a 338 explotaciones ganaderas de la Comunitat Valenciana y salvar 75.629 animales.
Desde la Conselleria explicaron que la prioridad será atender a las necesidades de las explotaciones extensivas y semiextensivas de rumiantes mediante la evaluación previa de la situación de las explotaciones ante la carencia hídrica. Se van a localizar los puntos de donde se puede obtener el agua de calidad suficiente gracias a la colaboración y los acuerdos con las comunidades de regantes, previa autorización de la confederación hidrográfica, para poder realizar las cargas de agua.
En este sentido, se garantizará la accesibilidad de la ubicación, la capacidad del depósito, el consumo previsto y determinar si el servicio puede ser puntual o debe instaurarse uno periódico de suministro de agua a la explotación. La capacidad del depósito permite realizar los suministros con una periodicidad superior a una semana.
Un problema nacional
El conseller de Agricultura, Agua, ganadería y Pesca, Miguel Barrachina, ha reclamado medidas urgentes de apoyo al sector agrícola de secano, la ganadería extensiva y la apicultura de la Comunitat Valenciana para mitigar la situación de «catástrofe» que están sufriendo estas explotaciones por la escasez de lluvias.
«Es un problema nacional que requiere soluciones nacionales, por eso exigimos al ministro Luis Planas la convocatoria urgente de una Mesa de la Sequía. Desde la Generalitat Valenciana se están dando soluciones parciales, asistiendo con cubas a aquellos municipios en los que se están sacrificando anticipadamente animales. Pero creemos que, siendo un problema común, la solución debe ser común», asegura el conseller.
La grave sequía que afecta a la Comunitat Valenciana está causando pérdidas que ascienden a los casi 118 millones de euros perdidos en los cultivos, a lo que se une el problema de la ganadería extensiva, que carece de pastos y de agua.
La sequía, además de a la agricultura, también pasa factura al sector ganadero. La falta de pastos naturales y de agua por los efectos de la sequía provoca ya un sobrecoste de más del 60 por ciento en los ganaderos en extensivo (ovino-caprino y vacuno) de la Comunitat Valenciana.
Los pastos están secos y deben recurrir cada vez más a alimentación a través de piensos, lo que encarece sus costes, y a todo ello se junta también la falta de agua para los animales. El coste que están pagando los ganaderos para hacer frente a la sequía con medidas como camiones para llevar agua a sus explotaciones, ha causado que tengan que hacer frente a unos gastos que ascienden a 17 millones de euros, según los de la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA).
