El “Golden Gate” que marcó un antes y un después en la ingeniería de España

El “Golden Gate” que marcó un antes y un después en la ingeniería de España

Un rico patrimonio cultural y artístico con siglos en pie. Es lo que tiene Castilla y León, unas construcciones únicas que forman parte de nuestra historia. Pero en los últimos años se han ido levantando infraestructuras que han ido desafiando a la gravedad, como puentes, viaductos, presas, o edificios modernistas que llaman mucho la atención. Y nuestro protagonista es un puente, icónico por su significado y que marcó un antes y un después en la ingeniería española. Nuestro “Golden Gate” particular, aunque no tan famoso como el de la ciudad de San Francisco que aparece en miles y miles de fotos.

Estamos hablando del puente Ingeniero Carlos Fernández Casado, enclavado en la Reserva de la Biosfera de los Valles de Omaña y Luna, en la provincia de León y que cruza el embalse de Barrio de Luna, formando parte de la autopista Ruta de la Plata (AP-66). Acaba de cumplir 41 años, ya que fue inaugurado en el año 1983, siendo en esa fecha pionero en el mundo, al convertirse en el puente atirantado con el vano más largo del mundo, con 440 metros de longitud, aunque en el año 2015 fue desbancado por el Puente de la Constitución de 1812 en Cádiz, que curiosamente fue diseñado por el mismo arquitecto, Javier Manterola.

 

En reconocimiento a la trayectoria y labor en el mundo de los puentes del también ingeniero español Carlos Fernández Casado (1905-1988), se puso este nombre, dando lugar a una confusión sobre su autoría, pero para la gran mayoría es conocido como el de Barrios de Luna, por el embalse que se haya bajo su estructura.

Cuenta con dos pilonas que dividen el puente en tres vanos, con dos laterales de 66 metros y uno central de 440 metros. La longitud total del puente son 643 metros y su ancho alcanza los 22 metros, contando en el centro con una articulación. Cada torre tiene 2×27 tirantes delanteros y 2×28 traseros (220 en total), mientras que las torres tienen algo más de 100 metros, con unas columnas que se encuentran separadas por unos 20 metros y que se abren en la parte inferior. Fue construido por el sistema de avance en voladizo.

Para la ejecución de proyecto fue necesaria la realización de un montón de cálculos, con el fin de otorgar la máxima seguridad, y como es habitual en todas estas infraestructuras, se continúan pasando inspecciones periódicas. Los grandes inconvenientes para su construcción fueron el tiempo, la severa climatología que existe en esta zona, y la falta de financiación, que hizo que en varias ocasiones hubiera que retrasar las obras. Y todo ello realizado con el marchamo nacional, ingenieros de nuestro país.

Los adjetivos para calificar esta obra van desde el espectacular, hasta el impresionante o fascinante, o para los más miedosos, sobrecogedor. Un puente que invita a la contemplación pero que es una auténtica aventura atravesarlo en el coche por las vistas y unos parajes espectaculares en una de las zonas turísticas y más ricas en biodiversidad de toda España.