«El Gran Aviso»

«El Gran Aviso»

Comienzo por advertir que el «Aviso» o «Iluminación de conciencia», es un mensaje no bien visto por quienes descalifican por costumbre a los que anuncian profecías no acordes con el «buenismo» imperante, y que no es ajeno a la herejía modernista. Se oponen por ese «buenismo» que incluso se atreve a descalificar profecías de sólido fundamento por considerar que Dios «no castiga». Cuando precisamente porque «Dios es Amor» quiere lo mejor para sus hijos y como un «buen Padre» advierte y les reprende si considera que van por mal camino. Ese es el sentido de las profecías de estas características: advertir a la Humanidad de graves acontecimientos que sucederán si no corrige su desviada conducta. A este ámbito pertenece la profecía escatológica denominada «el Aviso» o la «Iluminación de conciencia», ya presente en la Sagrada Escritura y en numerosas revelaciones tanto del AT (en especial en el Libro de Joel), como en el NT en los Evangelios de Mateo 24, Marcos 13, y Lucas 21. Ese Gran Aviso sería un acontecimiento cósmico que se manifestaría a toda la Humanidad creando un fenómeno similar al impacto de dos astros u objetos estelares, desprendiendo una gran luminosidad y que generaría una gran conmoción mundial. Pero lo más significativo sería la «iluminación de conciencia» que experimentarían simultáneamente todos y cada uno de los seres humanos, viendo el estado de su alma tal y como la ve Dios. Es decir, todo el bien dejado de hacer, el mal causado, y las consecuencias de ello. Sería una experiencia como la del juicio particular, si en ese momento falleciera la persona, conociendo la salvación o la condena de su alma. Y todo como un gran acto de la Misericordia Divina para mover al mundo a la conversión y evitar así un castigo que de producirse sería el mayor de la Historia, superior al Diluvio Universal o al de Sodoma y Gomorra y sin igual tampoco en el futuro. Grandes santos y fieles muy reconocidos lo han experimentado y dan fe de ello. En estos tiempos de gran Apostasía se están multiplicando los mensajes anunciando con premura su realización. Algunos de esos videntes, auténticos profetas de este tiempo, son la Beata Ana M. Taigi el Beato Pío IX, Santa Faustina Kowalska, las esposas, madres y místicas estigmatizadas, Janie Garza, María Esperanza, Elizabeth Kindelmann, Luz de María de Bonilla. También el padre Stefano Gobbi y las cuatro niñas videntes de Garabandal, entre otros muchos. Mientras, la ONU prepara un Tratado que promueve «que los niños puedan tener sexo con adultos». No sorprende que Nuestro Padre Dios vaya a actuar. Y no muy tarde. (Continuará)

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