El gran dilema de Carlos Sainz para el próximo Mundial de Fórmula 1

El gran dilema de Carlos Sainz para el próximo Mundial de Fórmula 1

Competir con Fernando Alonso no es fácil, pero este fin de semana, en Montmeló, Carlos Sainz recibe más atención que el asturiano, custodiado por una corteza de personas a cada paso que da, bien sea dentro del paddock como fuera, donde los aficionados no terminan de creerse que sea él quien camina, trota o corre, en función de la urgencia por escapar de la muchedumbre. Sainz afrontará este domingo (15:00 horas, Dazn) su último Gran Premio de España enfundado en el mono de Ferrari, el símbolo más universal del mundo de las carreras, que el curso que viene incorporará en su puesto a Lewis Hamilton. Una combinación explosiva, al menos en términos de marketing, que ha empujado al madrileño a tener que buscarse un monoplaza con vistas a 2025. La resaca que dejó tras de sí la operación de Hamilton motivó que el primer impulso del español fuera el de tratar de hacerse con el Mercedes que el multicampeón dejará libre, o con el Red Bull que le hubiera devuelto al mismo taller de Max Verstappen, junto a quien debutó en el Mundial (2015), en Toro Rosso. Lo que ocurre es que Mercedes perece querer apostar por un producto de la casa y muy probablemente promocione a Andrea Kimi Antonelli, un joven italiano procedente de su cantera, a la vez que el equipo energético no está para experimentos, circunstancia que le llevó a renovar a Checo Pérez. Así las cosas, el próximo destino de Sainz se intuye irremediablemente como un paso atrás, habida cuenta de que sus principales novias ocupan las dos últimas posiciones en la estadística de fabricantes, mientras que la Scuderia figura en el segundo puesto.

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