El interrogatorio a Marius Borg en comisaría, cancelado: ¿un trato de favor?

El interrogatorio a Marius Borg en comisaría, cancelado: ¿un trato de favor?

Todas las miradas se han fijado estas semanas en Noruega,
con Marius Borg como epicentro de la polémica. El hijo de la princesa Mette-Marit, fruto de una relación anterior a su matrimonio con el príncipe Haakon de Noruega, fue detenido por un feo delito. Se le acusa de agredir física y verbalmente a su novia, quien tuvo que ser atendida en el hospital a
consecuencia de una “fuerte conmoción cerebral”. La pelea fue mayúscula, los
vecinos lo escucharon y la policía pudo comprobar el destruido estado en el que
quedó el apartamento tras su disputa, con cuchillos clavados en la pared
incluidos. Ahora, el joven se enfrenta a las consecuencias judiciales de sus
acciones, pero ha sucedido algo que ha puesto en pausa su declaración ante las
autoridades que investigan lo sucedido. Algo que ya ha despertado suspicacias,
llegándose a levantar voces denunciando un posible trato de favor o cierto
privilegio por su condición real, aunque sin título ni responsabilidades
institucionales.

Aunque la opinión pública en Noruega y también en gran parte
de Europa está presionando para que se esclarezca lo sucedido y se haga
justicia, parece que en su caso va más lento de lo habitual. Es más, tenía una
cita fijada en la Comisaría de Oslo con los encargados de la investigación del
caso, pero gracias a su abogado se ha librado de tener que prestar declaración.
Y es que el letrado no se ha presentado y se ha tenido que mover la fecha para
la próxima semana, sin precisarse un día en concreto, pudiendo ser entre el 26
y el 30 de agosto. El abogado ya quiso rebajar la gravedad de las acciones de
su cliente, a través de un comunicado nada más saltar el escándalo, subrayando
que se trataba de un “delito leve”. No obstante, no es lo mismo que piensan los
noruegos, al saber que la víctima tuvo que acudir de urgencias a un hospital y
los escabrosos detalles que han trascendido día a día sobre esa noche.

Esto ha provocado que sean muchos los que planteen la
posibilidad de que el hijastro del príncipe Haakon de Noruega pudiese estar
recibiendo un trato de favor. Algunos creen que no estaría siendo tratado como
un ciudadano más, pese a que no es parte activa de la familia real, al haber
nacido fuera del matrimonio del heredero al trono, además de una relación
anterior. Un escándalo que, sin embargo, está afectando a la imagen pública de
la corona. Es más, se han realizado encuestas entre los ciudadanos y tres de cada
cuatro no desean que el rey Harald de Noruega se baje del trono para cedérselo
a su hijo, a pesar de sus constantes problemas de salud. Prefieren mal conocido
que bueno por conocer y la popularidad del heredero desciende a golpe de polémica,
ahora por culpa de Marius Borg, de 27 años, con un pasado marcado por la
violencia y las drogas. También un presente muy parecido, pero un futuro que le
podría ser condenado hasta a un año de prisión, según las estimaciones de los
consultados. No parece que lo vaya a tener fácil, aunque ahora se esté planteando
la idea de que está gozando de privilegios impropios a su condición plebeya,
pese a sus vínculos reales.

Tras ser acusado de un delito de violencia de género,
otras dos exnovias se sumaron a la denuncia pública y describieron delicados episodios. Marius Borg está ahora en horas bajas, su popularidad ha crecido,
pero para mal. Esto le ha hecho tomar la palabra en primera persona, reconocer
su culpa en las feas acusaciones de agresión física y psicológica a su novia y,
de paso, poner sobre la mesa sus adicciones y problemas de salud mental: “El
fin de semana pasado ocurrió algo que nunca debería haber ocurrido. Cometí
daños corporales y destruí objetos en un apartamento mientras estaba intoxicado
con alcohol y cocaína tras una discusión. Tengo varias enfermedades mentales
que hacen que a lo largo de mi infancia y mi vida adulta haya tenido y siga
teniendo problemas. He luchado con el abuso de sustancias durante mucho tiempo,
por lo que he estado en tratamiento anteriormente”. Pero no solo pedía perdón a
la víctima, también a su familia: “Sé que mis acciones os han afectado mucho.
Así que, a vosotros, mis queridos, os pido disculpas. Esto nunca debería haber
sucedido y asumo toda la responsabilidad de mis actos”, redactaba el hijo de la
princesa Mette-Marit. Eso sí, parece que se alarga su declaración ante los investigadores, lo que hace sospechar a muchos que se le está dando un trato preferente.

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