El misterio que esconde el ‘Parque de las siete tetas’ en Madrid

El misterio que esconde el ‘Parque de las siete tetas’ en Madrid

La ciudad de Madrid es mucho más que la Cibeles, la Puerta del Sol y los domingos en el Rastro, especialmente para los locales. Cuando se deja el ‘centrocentrismo’ a un lado y se abren las miras ‘más allá de la M-30’, uno acaba conociendo lugares e historias maravillosas. Para conocer mejor las pequeñas historias que han acabado por configurar lo que hoy es la Historia con mayúsculas de la capital, hace falta alejarse un poco y posar la mirada en todos sus rincones.

Hubo un tiempo en el que Vallecas no era más que Villa de Vallecas, una especie de pueblo a las afueras de la ciudad de Madrid. Pero con los nuevos tiempos, la expansión territorial de la metrópolis y la necesidad de construir viviendas para una población que crecía a un ritmo vertiginoso, Vallecas se ha acabado convirtiendo en parte de la ciudad, siendo uno de los barrios más poblados de toda España.

Uno de los pilares de Madrid

Vallecas fue un municipio independiente hasta 1950, cuando pasó a convertirse en un distrito. A pesar de no ocupar poco más de 70 kilómetros cuadrados, cuenta con más población que muchas de las capitales de provincia españolas. Ha sido una de las zonas que más ha crecido y se ha diversificado en las últimas décadas, siendo uno de los barrios con más sentimiento de pertenencia de todo Madrid.

Una de sus enseñas es el río de asfalto que lo recorre de izquierda a derecha: la Avenida de la Albufera. Esta carretera se extiende desde el Puente de Vallecas hasta Sierra de Guadalupe. Esto la convierte en una de las calles más largas de toda España, pues mide aproximadamente 4,2 kilómetros de largo. Sin salir de este pasaje se pueden ver desde zonas residenciales hasta librerías, centros comerciales, parques, el icónico estadio del Rayo Vallecano e incluso consulados internacionales.

Sin embargo, otro de sus iconos, quizá el más conocido de todos es el ‘Cerro del Tío Pío’ o ‘Parque de las siete tetas’, situado entre Numancia y Portazgo, y delimitado en su parte superior por la Autovía del Este. Muchas personas, aun siendo madrileñas, desconocen la historia real detrás de este emblemático parque y el por qué de su peculiar nombre.

El misterio detrás del ‘Parque de las siete tetas’

No existe la historia sin su pueblo y, por suerte, el nieto del fundador de este parque es escritor y documentalista, por lo que el recuerdo de la fundación de este buque insignia vallecano no ha perdido su memoria y ha podido llegar hasta nosotros. Según ha contado en innumerables ocasiones este literato, Juan Jiménez Marcha, fue su abuelo el que le dio el nombre al cerro.

Efectivamente, este es el famoso ‘Tío Pío’, un hombre que llegó desde Ávila para vivir en Madrid, y fue el primero en establecerse en el cerro en torno al año 1918. Para mediados de la década de 1960, el lugar ya contaba con más de 4.000 habitantes. Estas personas venían de clases muy humildes, por lo que solo se podían permitir viviendas de fabricación propia, normalmente chabolas y otras casas edificadas rápidamente y con materiales baratos.

Pío Felipe Fernández construyó una vivienda amplia con cuatro habitaciones y un estable en el que guardaba las mulas que utilizaba para recoger pedazos de chatarra y otra clase de basuras. Se ganaba la vida con la venta de estos materiales y, cuando ganó algo más de dinero, lo invirtió en comprar más terrenos cercanos y edificar nuevas casas para vender o alquilar. Estas tierras eran oficialmente terrenos rústicos y no urbanizables, y la vida allí se daba en condiciones muy precarias.

Durante las décadas de 1970 y 1980, se fueron sucediendo iniciativas públicas para realojar a gran parte de las familias que habitaban en este cerro en ‘viviendas dignas’ dentro de Vallecas, hasta que fue prácticamente vaciado y se construyó en lo alto lo que hoy es el famoso ‘Mirador del Tío Pío’. Durante esta obra se utilizaron escombros de las casas y chabolas que habían sido retiradas.

Estos restos de las antiguas viviendas de las gente que allí vivía dieron lugar a siete montículos de tierra, que le dan hoy el otro nombre por el que es conocido popularmente el cerro: ‘Parque de las siete tetas’. La forma tan peculiar de estas elevaciones, que solo puede darse de forma artificial, se debe precisamente los escombros con los que fueron construidos, ya que resultaba más económico tapar los cascotes después de los derribos que transportarlos a otro lugar.

La ‘influencer’ Ariane Hoyos (@arianehoyos), que se dedica principalmente a la divulgación de pequeñas curiosidades urbanas de distintas ciudades, compartió un vídeo este año en el que explicaba el misterio detrás de la forma y el icónico emplazamiento del ‘Cerro del Tío Pío’ o ‘Parque de las siete tetas’.

Hoy en día, el mirador que se encuentra en lo alto de cerro es uno de los mejores lugares desde los que divisar gran parte de Madrid, y de Vallecas especialmente. Se decidió dejar el nombre popular en recuerdo al fundador del antiguo asentamiento y de las miles de familias que allí habitaron, casi todas llegadas de otras partes de España en busca de una vida mejor.

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