El narco “El Mayo” Zambada insiste en una carta que “fue secuestrado” y llevado a EE UU en contra de su voluntad

El narco “El Mayo” Zambada insiste en una carta que “fue secuestrado” y llevado a EE UU en contra de su voluntad

No me entregué a las autoridades y no vine voluntariamente a EE. UU., son las primeras declaraciones de[[LINK:EXTERNO|||https://www.larazon.es/internacional/eeuu-detiene-mayor-capo-fentanilo-mayo-zambada-lider-cartel-sinaloa_2024072666a34a5bc5d7cc00018aa96a.html||| Ismael El Mayo Zambada]], 76 años, tras su detención el pasado 25 de julio en El Paso, Texas. El exlíder del Cártel de Sinaloa ha asegurado en una carta difundida por su abogado, Frank Pérez, que su arresto en territorio estadounidense fue una emboscada cuando se dirigía a reunirse con el gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, y Héctor Melesio Cuén, exalcalde de Culiacán y rector de la Universidad de Sinaloa que murió la noche de los hechos. “El Mayo” describe en su misiva que fue invitado al encuentro para resolver algunas diferencias entre ambos políticos sobre quién debía dirigir la institución académica, de ser cierto, daría una idea de su nivel de influencia en el gobierno. Al encuentro también asistió Joaquín Guzmán Salazar, hijo del conocido narcotraficante mexicano [[LINK:EXTERNO|||https://www.larazon.es/tags/el-chapo-guzman/|||El Chapo Guzmán]], quien fue líder del Cártel de Sinaloa hasta su detención en 2019 y actualmente cumple cadena perpetua en una prisión de Nueva York.

En la carta publicada, Zambada relata con detalle cómo nada más llegar a la supuesta reunión programada para las 11:00 de la mañana del 25 de julio en el rancho Huertos del Pedregal, a las afueras de la ciudad, vio una gran cantidad de hombre armados con uniformes militares verdes que supuse que eran pistoleros de Guzmán y sus hermanos. Tras cruzarse con los asistentes, vi a Joaquín Guzmán, a quien conozco desde pequeño, y me hizo un gesto para que lo siguiera. Confiando en la naturaleza de la reunión y en las personas invitadas, lo seguí sin dudarlo hasta una habitación que estaba a oscuras.

El Mayo explica como nada más entrar en la estancia fue atacado por un grupo de hombres que le colocaron una capucha de color oscuro en la cabeza. Me ataron y esposaron, y me obligaron a subir a una camioneta en la que condujeron durante unos 25 minutos hasta llegar a un avión privado al que le obligaron a subir. Fue entonces cuando el hijo de El Chapo le quitó la capucha y le ató con unas bridas al asiento. Volaron durante cerca de 3 horas hasta que aterrizaron en la ciudad de El Paso, Texas, donde les esperaban los agentes federales estadounidenses que le arrestaron inmediatamente, sin haber llegado a ningún acuerdo con el gobierno.

En su relato, Zambada menciona que en el encuentro se cruzó con Héctor Cuén, y que la realidad de su muerte difiere mucho de la oficial. Intentan hacer creer que Héctor Cuén fue asesinado por dos hombres que querían robar su camioneta, cuando en realidad lo mataron en el mismo lugar donde a mí me secuestraron. Cuén apareció muerto ese mismo día con varios disparos en su cuerpo. A quien el detenido no menciona en ningún momento es al gobernador Rocha, que en un evento este fin de semana volvió a negar

cualquier vínculo con los narcotraficantes asegurando que no hay complicidades con el crimen, dijo, me quieren hacer narco a fuerzas. El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, mostró su apoyo a Rocha, felicitándolo por dar la cara.

La publicación de la carta llega también justo después de que Ken Salazar, embajador de EE. UU. en México, asegurara que el detenido llegó a Texas en un avión privado en contra de su voluntad, entregado por otro hombre también arrestado, Joaquín Guzmán López, quien se entregó voluntariamente. El chapito, como se conoce a los hijos de El Chapo, se ha declarado inocente de los cargos por narcóticos, lavado de dinero y uso de armas de fuego ante el Tribunal del Distrito Norte de Illinois, Chicago. Esto es una operación entre cárteles, donde uno entregó a otro, aseguró el representante norteamericano que también quiso dejar claro que su país no puso recursos en la operación. No fue un avión de EE. UU., ni un piloto estadounidense, ni nuestros agentes o nuestra gente en México.

El Mayo, que lleva décadas eludiendo la cárcel escondiéndose en las montañas de Culiacán, es considerado el capo mexicano más viejo y astuto, poseedor de una gran cantidad de información acerca de importantes cargos gubernamentales, aseguran algunos expertos. Muchos auguran que ahora que está detenido en una prisión federal de Texas, acusado de 7 cargos federales relacionados con tráfico de drogas, uso de armas de fuego y homicidios, podría revelar información a cambio de un buen acuerdo. Está previsto que pronto sea enviado a Brooklyn para ser juzgado en el mismo enclave en el que su antiguo socio, El Chapo’, fue condenado hace 5 años.

Para cerrar su comunicado, Zambada hace un llamado a los gobiernos de México y EE. UU. para que sean transparentes y proporcionen la verdad sobre mi secuestro, porque la violencia no resuelve nada. Todos hemos recorrido antes ese camino, y todo el mundo pierde. El Mayo comenzó a trabajar en el Cártel de Juárez en la década de 1980. Tras la muerte de su líder, Amado Carrillo Fuentes, alias El Señor de los Cielos, decidió crear su propia organización controlando gran parte de la producción y envío de heroína, metanfetamina y fentanilo desde México a EE UU.

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