El PSC y Aliança Catalana, los dos grandes beneficiados si hay repetición electoral

El PSC y Aliança Catalana, los dos grandes beneficiados si hay repetición electoral

Cataluña vive hoy momentos de máxima incertidumbre en relación a su gobernabilidad, pues tras unas elecciones –las del pasado 12 de mayo– donde el independentismo perdió la mayoría absoluta en el Parlament por primera vez, la a priori suficientemente holgada victoria del PSC de Salvador Illa tiene cada vez menos opciones de materializarse en un cambio de Govern; tanto por el reloj automático de la repetición electoral, que corre en su contra, como por la indecisión en la que transita su ya único potencial socio, ERC, que sin líder y no recuperada de los sucesivos fracasos electorales concentra todos sus esfuerzos en medir la temperatura de su militancia, quien en última instancia debe validar un pacto que, por contra, sí está avanzado -aunque ni mucho menos cerrado- en los despachos. Con una recién regresada Marta Rovira provisionalmente al mando, los republicanos han advertido que si no hay acuerdo la próxima semana dejarán sin investidura al PSC, invitando así a Illa a ceder en relación a cuán «singular» debe ser la nueva financiación de Cataluña y evidenciando, por otra parte, su imperiosa urgencia por quitarse el marrón de encima. «Que sea lo que Dios quiera», apuntan fuentes próximas a ERC, «no es el escenario ideal para nosotros ahora mismo, pero no nos asustan las urnas».

Según la encuesta elaborada por NC Report para LA RAZÓN, si finalmente esto sucede y se repiten las elecciones el próximo 13 de octubre, los electores volverían a premiar a los socialistas, que esta vez conseguirían entre 44 y 45 escaños por los 42 con los que cuentan en la actualidad, repitiendo sin discusión como primera fuerza en el hemiciclo. La suma que pretende ahora Illa con ERC y los comunes, por contra, perdería la mayoría absoluta que sí tiene en estos momentos, pues los republicanos, que por algo luchan por evitar la repetición electoral, caerían hasta la cuarta posición y perderían entre cuatro y cinco diputados, situándose entre 15 y 16; mientras la formación de Jéssica Albiach, que tiene 6, se quedaría en la mitad. Ni siquiera sumando los dos sillones que conseguiría Podemos, ahora sin representación en el Parlament, alcanzarían en el mejor de los casos los 68 necesarios para la investidura. Se quedarían, pues, como mucho, en 66.

Junts, que en la última jornada electoral solo pudo celebrar ser de nuevo la primera fuerza independentista, podría sumar, según la encuesta, un diputado más, distanciándose de ERC en su particular batalla por el liderazgo secesionista pero también viendo escapar al PSC por arriba y quedándose, en definitiva, de nuevo sin opciones de gobernar. Según el trasvase de voto que detalla NC Report, la mayoría de los nuevos votos que concentrarían los posconvergentes vendrían de los republicanos, que también aportarían apoyo al PSC de forma significativa. Así pues, el conjunto del independentismo –sin contar a la ultraderechista Aliança Catalana, a quien se le ha impuesto un «cordón sanitario» esta semana en el Parlament– perdería un total de hasta cinco diputados, situándose en mínimos históricos desde que Convergència i Unió abandonara el «inofensivo» catalanismo para embarcarse en el Procés con el logo de Junts pel Sí, primero, y luego, en solitario, solo de Junts. La CUP, que ahora tiene cuatro diputados, perdería uno; y solo la formación de Sílvia Orriols, que no entraría en ninguna de las hipotéticas fórmulas para formar gobierno, mejoraría significativamente sus resultados, aprovechándose de votantes descontentos especialmente de ERC y Junts para alzarse hasta los cinco parlamentarios, un resultado notable con respecto a los dos sillones con los que cuenta en la actualidad.

En el bloque de la derecha constitucionalista, el Partido Popular de Alejandro Fernández se situaría como tercera fuerza política del Parlament de Cataluña, pero más a causa del desplome de ERC que de un notable aumento de cuota parlamentaria, pues a los 15 con los que cuentan en la actualidad podrían sumársele uno más o ninguno, según el sondeo. Vox, por su parte, que en las pasadas elecciones mantuvo los 11 escaños con los que entró en la Cámara catalana en las elecciones de 2021, bajaría ahora a los 9 parlamentarios, y la sorpresa la daría, tras entrar también sorpresivamente en la Eurocámara en las pasadas elecciones europeas, Se Acabó La Fiesta (SALF), la agrupación de electores del agitador ultraderechista Alvise Pérez. Hasta dos diputados obtendría la formación en Cataluña, cuyos votos tendrían origen en los votantes descontentos de la formación de Ignacio Garriga, principalmente, y en menor medida de electores de los populares.

Se mantiene el bloqueo

Si la situación actual de bloqueo parece tener una salida relativamente lógica en la alianza izquierdista de PSC, ERC y comunes, con el tablero resultante de unas nuevas elecciones en Cataluña la situación sería mucho más compleja. No habría sumas por ninguna parte a menos que los dos principales partidos de la política catalana en la actualidad, PSC y Junts, que crecerían ambos, extendieran sus pactos en el Congreso de los Diputados al Parlament de Cataluña, presumiblemente facilitando la gobernabilidad de la región a través de una abstención, en este caso de los posconvergentes. También podría explorarse, aunque hoy parece imposible, la incorporación de la CUP al bloque de izquierdas PSC-ERC-comunes, aunque los anticapitalistas exigirían a cambio medidas que los socialistas no estarían dispuestos a aceptar. PSC y PP, por su parte, se quedarían a siete escaños de la mayoría absoluta.

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