El proletario París Saint-Germain que trata de construir Luis Enrique se llevó un revolcón en su visita al Emirates (2-0) y mostró que a día de hoy está muchos cuerpos por detrás el Arsenal, que buscaba su primer triunfo tras el empate de la jornada inicial en casa de la Atalanta. A Londres no viajó Dembelé, castigado por su entrenador. “Si alguien de manera grave no cumple con las obligaciones que tiene, no está preparado”, explicó el técnico asturiano. “Lo haría cien veces”, matizó antes de un partido que acabó en fiasco y en el que renunció a su delantero más incisivo. “Es una decisión difícil para el equipo”, asumía Luis Enrique. Así lo pareció en el campo, donde además alguno de sus futbolistas más expertos no dio la talla. Por ejemplo, Donnarumma, que pudo hacer más en los goles con los que el Arsenal sentenció antes del descanso.
Seguir leyendo
