El retraso de la liberación fiscal

El retraso de la liberación fiscal

Milton Friedman (1912-2002), premio Nobel de Economía y liberal, explica que «el Gobierno puede aumentar impuestos porque puede persuadir a una parte suficiente de la población que otros los pagarán». La observación, certera, también podría aplicarse al pacto impuesto por los «indepes» de ERC para hacer presidente de la Generalitat a Salvador Illa. Hace saltar por los aires la financiación autonómica y, en el fondo, se trata de que paguen otros. Coincide, azares del destino, con la celebración en España, del llamado «Día de Liberación Fiscal», instaurado por el pensadero, también liberal, de la Fundación Civismo. Calculan que[[LINK:INTERNO|||Article|||66a8d07ff610b0e4f8634cb3||| los españoles necesitan dedicar 212 días de su renta familiar para pagar «los tributos de obligado cumplimiento este año»]]. Son 17 días más que 2021, según Albert Guivernau, director de la Fundación Civisimo.

En España, la peor situación es la de los catalanes, que tienen que dedicar cinco días más, es decir, 217 jornadas al pago de impuestos, algo que, además, no pueden achacar al Gobierno central, ya que la Generalitat y otras administraciones catalanas aplican más impuestos y con tarifas más caras que en la mayor parte del resto del país. La voracidad fiscal, del Estado y de las autonomías, se aprovecha también de otros dos factores. Por una parte, el crecimiento. El PIB subió en el segundo trimestre del año un 0,8% y se coloca por delante de Francia, con una subida del 0,3% y de Italia (+0,2%) y Alemania, economía que ha caído un 0,1%. Es una buena noticia, empañada quizá porque la composición de ese crecimiento no es tan positiva. El consumo de los hogares y la inversión se han desacelerado, algo que compensó el mayor gasto público. El dato, no obstante, es bueno y le permite al Gobierno recaudar todavía más sin, por otra parte, adaptar –deflactar– las tarifas impositivas con respecto a la inflación.

En julio, el IPC subió un 2,8% interanual, seis décimas menos que en junio. Otro dato positivo, pero que no puede ocultar que la inflación acumulada en los últimos años ronda el 20%, muy por encima de los aumentos salariales, y sin que Hacienda haya corregido las tarifas porque así recauda mucho más. El Gobierno, claro, sube impuestos, incluso por la puerta de atrás, porque puede persuadir a parte de la población que otros los pagarán, como decía Friedman.

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