El vacío de poder en el Banco de España deja a España sin voz ni voto en el BCE en política monetaria

El vacío de poder en el Banco de España deja a España sin voz ni voto en el BCE en política monetaria

Por primera vez en su larga historia, el Banco de España afronta una inaudita situación: no tiene gobernador. La salida de Pablo Hernández de Cos tras finalizar su mandato de seis años sin que el Gobierno haya decidido quién será su sustituto ha obligado a asumir el cargo en situación de interinidad a la todavía subgobernadora, Margarita Delgado, que se ha hecho cargo de sus funciones durante tres meses más, los que le quedan oficialmente en su cargo, que también tiene fecha de caducidad, convirtiéndose así en la primera mujer en asumir el máximo cargo en el supervisor bancario, aunque sea de manera interina.

Esta situación, además del malestar interno entre funcionarios y altos cargos del regulador, ha provocado un vacío de poder institucional insólito, que ha dejado a España sin voz ni voto en la máxima institución bancaria continental: el Banco Central Europeo (BCE).

¿Por qué? Porque España no podrá votar en el Consejo de Gobierno en un asunto tan relevante como la política monetaria, ya que únicamente el ya exgobernador Pablo Hernández de Cos podía ejercer ese derecho, según los estatutos vigentes. Una consecuencia «desafortunada» que «no tiene solución y que altera el funcionamiento de la institución, pese a que lo estamos discutiendo con el BCE», se quejó esta semana el director general de Estadística, Ángel Gavilán, durante la presentación de las últimas previsiones macroeconómicas de la institución.

A preguntas de los periodistas, y con una evidente contención para intentar no ir más allá de sus palabras, recordó que la Ley de Autonomía del Banco de España prevé que «en los casos de vacante, ausencia o enfermedad», el subgobernador –en este caso subgobernadora–, en el «ejercicio de sus atribuciones de dirección superior y representación del Banco», asumirá todas las funciones. Un artículo que nunca se había activado hasta ahora porque siempre se había traspasado el cargo, pero que no había tenido en cuenta que Delgado no podrá votar en el BCE en materias claves como la política monetaria. El propio Gavilán lanzó un pequeño dardo al Gobierno por esta situación: «Es la situación que han producido».

La cuestión es que pese a que Delgado podrá asumir la mayoría de las competencias del gobernador hasta que el Ejecutivo nombre un sustituto, el estatuto del BCE establece que solo los gobernadores de los bancos centrales nacionales nombrados oficialmente pueden votar cuando se debatan asuntos relativos en temas de política monetaria, y su sustituta interina únicamente estaría autorizada a representar a su país en «temas de capital». Por eso fuentes del BCE confirmaron a LA RAZÓN que España no podrá votar en las próximas dos reuniones de tipos del Consejo de Gobierno del BCE, que se celebrarán el próximo 18 de julio y el 12 de septiembre.

Aunque intentó Gavilán evitar la polémica con su habitual discreción y no quiso detallar la situación creada por el Gobierno, sí que reconoció que este vacío de poder sí que «altera el funcionamiento» de la institución, pese a que se han activado los «mecanismos para solventar esta situación. Margarita Delgado asumirá todas las funciones que hasta ahora tenía el gobernador hasta que sea nombrado su sustituto».

Pablo Hernández de Cos concluyó el pasado lunes su mandato tras seis años al frente de la institución y el Ejecutivo aún no ha tomado una decisión firme sobre su relevo. Fuentes gubernamentales han aducido que «hay tiempo» hasta el mes de septiembre «para tomar una decisión», ya que Delgado puede estar de manera interina ocupando el cargo hasta esa fecha, cuando ella también cese en sus funciones. Pero en el BCE ya no se escucha la opinión de España.