El verano se vuelve una amenaza de muerte para los trabajadores agrícolas de Estados Unidos

El verano se vuelve una amenaza de muerte para los trabajadores agrícolas de Estados Unidos

Asunción Ponce conoce bien los estragos que acusan en el cuerpo las altas temperaturas. Lleva 60 de sus 67 años en el campo. Comenzó cuando era niño en su natal Puebla (México). Desde 1988 trabaja en los ranchos del valle de San Joaquín, en el centro de California, donde ha cosechado uvas, ciruelas, nectarinas y duraznos. El año pasado fue ingresado después de una insolación. Comenzó a sentirse exhausto y con mareos. Tomó agua, pero ya era demasiado tarde. “Mi estómago estaba muy caliente y si uno toma la bebida fría cae muy mal. Empecé a vomitar. Me imagino que es como una brasa a la que le echas agua y ¡cómo chillan las brasas! Así el estómago de uno”, cuenta en el jardín de su casa, en Fresno.

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