Ellas después del cayuco

Ellas después del cayuco

Ndeye Sarr tomó la decisión de subirse a un cayuco que se preparaba para salir de una playa de Gambia en cuestión de minutos. Al verlo, corrió a su casa, cogió a su hija de nueve años y delegó en la abuela el cuidado del resto de la prole. Se embarcó de repente en una travesía de siete días sin apenas agua porque pensó que solo así podría darle a sus cinco hijos, de tres a 13 años, la vida que ella nunca tuvo. También pensó que todo sería más fácil, que trabajaría, que se realizaría y que ganaría dinero en cuanto pisase suelo europeo. Pero no está siendo así y lo que imaginó que lograría al subirse a esa barcaza colorida lleva nueve meses en suspenso.

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