El pintor Emilio Varela (Alicante; 1887-1951) es un alicantino ilustre al que, por fin, se le rinde homenaje, saldando una cuenta con él, al colocar una escultura en la Explanada, el paseo más emblemático, y seña de identidad de la ciudad, que discurre en paralelo al mar. Así, Varela resucita en forma de estatua de bronce de 1,70 metros de altura. En un acto tan solemne como emotivo, la sobrina nieta del pintor, Encarna Varela, representó a la familia para inaugurar la estatua junto al alcalde de Alicante, Luis Barcala, y las concejalas de Urbanismo, Rocío Gómez, y Cultura, Nayma Beldjilali.
Y fue Encarna Varela la que se encargó de reivindicar la figura del artista. Así, tras agradecer al Ayuntamiento la iniciativa, indicó que su tío abuelo «es el mejor pintor alicantino y universal con su sello de identidad, la luz y el color».
«Su obra debería estar visible en Alicante y debemos esforzarnos para que así sea», destacó, para añadir después que la Explanada es un lugar idóneo para homenajearlo, al tratarse de «un paseo que tantas veces recorrió».
«Época dorada»
El nombre de Varela no se puede disociar del de otros intelectuales alicantinos como Óscar Esplá, Gabriel Miró, Heliodoro Guillén y Germán Bernácer, integrantes todos de la conocida como «época dorada» de la ciudad por lo fructífera que resultó en el plano de las artes y la cultura.
Al reconocer ahora al artista, el propio alcalde de Alicante, Luis Barcala, explicó que «es uno de nuestros pintores más destacados del siglo XX» para después añadir que lamentaba que no hubiera obtenido en el extranjero el reconocimiento que, a su juicio, su obras merecen, por no haber viajado a París (Francia), centro neurálgico de la pintura en su época.
Barcala anunció también que 2026 será el «Año Varela», coincidiendo con el 75 aniversario de su muerte, al tiempo que indicó que, una vez se amplíe el Museo de Arte Contemporáneo de Alicante, MACA, el pintor contará allí con una sala permanente dedicada a su obra.
Conocido por ser discípulo de Joaquín Sorolla, Varela plasmó como ningún otro pintor decenas de rincones de Alicante y su huerta. Su escultura le representa con una paleta de pintor y un pincel en la mano como si se dispusiera a inmortalizar el emblemático paseo y sus palmeras, imagen recurrente en su obra que pintaba desde el Real Liceo Casino de Alicante, muy cercano al lugar donde queda ahora ubicada la estatua de la Explanada.
Por su parte, la concejala de Urbanismo, Rocío Gómez, explicó que la incorporación de esta nueva escultura en la ciudad «forma parte de la ejecución de la obra del nuevo espacio ganado en la última fase de las obras de la Explanada, que preveía la instalación de una obra escultórica y decidimos que esa obra reconociera a Emilio Varela».
La familia del pintor colaboró con la obra, aportando fotografías de Varela para que el resultado fuera lo más realista posible en cuanto a la ropa y accesorios que utilizaba normalmente, sombrero y gafas incluidos.
La fundición realizó primero un procesado 3D para después utilizar distintos materiales para el modelado antes de incorporar el
bronce.
Si bien Varela no tenía hasta ahora una estatua, sí es Hijo Predilecto de Alicante; hay que recordar además que una de las mejores definiciones del artista es del prestigioso crítico de arte Juan Manuel Bonet, quien dijo que Varela fue «un artista muy local pero de alcance universal».
