Encuesta elecciones generales: El PP se dispara hasta los 155 escaños

Encuesta elecciones generales: El PP se dispara hasta los 155 escaños

La encuesta de junio, realizada en la semana después de las elecciones europeas, coloca al PP en los 153-155 escaños. En las últimas generales, los 150 escaños eran la cifra simbólica en la que se situaba el listón que garantizaría al PP alcanzar el gobierno, pero los populares se quedaron en 137 diputados. Hoy, según el sondeo de NC Report, de celebrarse elecciones generales tendrían el 34,4% de los votos, con un crecimiento de más de 220.000 papeleras y entre 16 y 18 escaños más. Vox bajaría de los 33 escaños actuales al escalón de 28/29, dejándose en el camino más de medio millón de votos y entre cuatro y cinco asientos en el Parlamento. No obstante. la suma de los dos partidos se quedaría muy por encima de los 176 escaños de la mayoría absoluta al situarse en la horquilla de 181-184.

De este sondeo, lo más significativo, y con más incidencia política, es el derrumbe de Sumar, que de 31 escaños cae a entre 9 y 10, con más de millón y medio de votantes que dejarían de repetir en el apoyo a las siglas que eligieron en las últimas elecciones generales. Estos votos no se van al PSOE, que pierde más de medio millón, igual que Vox, aunque en escaños el partido de Pedro Sánchez sí aguanta. Hoy tienen 121 escaños y la encuesta les da 120/122.

La coalición se quedaría en 129-132 escaños, por lo que Sánchez no podría repetir gobierno ni reeditando su actual pacto de investidura. Sumar se desangra electoralmente en una semana en la que los malos resultados en los comicios europeos han precipitado el paso al lado de Yolanda Díaz en sus responsabilidades orgánicas, aunque mantenga la vicepresidencia del Gobierno y la cartera de Trabajo. De momento se ha abierto un periodo de reorganización en el que las distintas siglas que forman esta plataforma están valorando el peso que tienen en el proyecto y si les compensa electoralmente mantenerse dentro de esta ensalada de marcas de la izquierda.

En este contexto, tampoco Podemos compensa este derrumbe de la plataforma que cocinaron “ad hoc” en Moncloa para beneficiarse en las últimas generales del tirón que entonces tenía Díaz, y que no se ha visto refrenado en ninguno de los procesos electorales que se han celebrado desde entonces. Los morados suben en más de 800.000 votos, pero la división de la izquierda penaliza la suma total ya que esta mejoría se queda en una representación de solo dos diputados.

El Congreso giraría a la derecha de una manera notable de haber hoy elecciones, porque la marca de Se Acabó la Fiesta, que ha irrumpido en las europeas, podría conseguir un millón de votos y entrar en el Congreso con 6/7 diputados.

En el flanco independentista, los únicos que se podrían mover de su representación actual, para mejorarla, son Junts, que de 7 podría sufrir a entre 8/9, y EH Bildu, que podría subir en un escaño. En las pasadas generales ya superó al PNV en un diputado.

En el análisis de la fidelidad de voto, los dos principales partidos se imponen sobre los demás, con una clara diferencia a favor del PP. La de los votantes del partido de Feijóo llega al 90,3%, y la del PSOE se sitúa en el 79,7%. La de Vox está en el 70,5%, mientras que la de Sumar cae al 36,5% y la de Podemos al 23,8%. El trasvase de voto del PP a Vox baja al 3 por ciento, por el 8,6% de fuga de votantes de Vox hacia las siglas populares.

Este marco demoscópico explica que Moncloa se resista a plantearse una convocatoria adelantada de las elecciones generales: sus números también confirman que no les daría para mantenerse en el poder. Por eso, por ejemplo, han activado una campaña de seducción de ERC al tiempo que intentan construir el relato de que es posible un nuevo acuerdo fiscal que reconozca la “singularidad” de Cataluña. Los republicanos, divididos y en una crisis interna profunda, tienen un problema si hay repetición electoral en Cataluña, pero, a la vez, necesitan también separarse del PSOE y del PSC si quieren sobrevivir políticamente. El nuevo modelo de financiación del que hablan en Moncloa recupera, sin llamarlo así, la idea del pacto fiscal con Cataluña (el concierto a la catalana que exigen los independentistas). Aunque Moncloa lo obvia, ERC también ha colocado en la mesa de negociación avanzar hacia la consulta y recuperar cuestiones que tumbó el TC de la reforma del Estatut de 2006, como la autonomía judicial.

Para avanzar en este camino de lograr el apoyo de ERC, Moncloa ha empezado en paralelo otra campaña contra el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, que se ha erigido en la voz más crítica dentro del PSOE contra esta negociación fiscal bilateral. Por ejemplo, de Moncloa salen los datos, que han publicado medios afines, que dicen que Cataluña es la tercera comunidad que más aporta al régimen común y la décimo primera en recibir, mientras que Castilla-La Mancha ocupa el puesto catorce en ambos casos. Por otra parte, ERC no quiere negociar con el PSC y prefiere hacerlo directamente con Madrid: en privado les está trasladando que su relación con Junts será siempre subalterna, al contrario de lo que ha ocurrido hasta ahora desde su investidura. Después del hundimiento electoral de ERC, Moncloa está difundiendo que este partido puede adquirir el papel que en su día tuvo CiU en Madrid desde la izquierda (obvia que no hay mayoría en el Congreso sin contar con los votos de Junts, por lo que las propuestas de izquierdas de ERC no pueden salir adelante).