Estas son las cinco expresiones andaluzas más extrañas que al resto de españoles ni le suenan

Estas son las cinco expresiones andaluzas más extrañas que al resto de españoles ni le suenan

España cuenta con una de los registros culturales más amplios del mundo moderno. Gracias a la inmensa diversidad cultural, fruto de la tradiciones, costumbres y el folclore español, nuestro vocablo cuenta con cuantiosas expresiones que adoptan un significado u otro en relación al contexto por lo que, a raíz de lo ya mencionado nuestra historia compone uno de los legados culturales más longevos y distintivos. A lo largo de los años, la evolución peninsular ha ido de la mano con la reinvención situacional de nuestro imaginario. En relación a los distintos reinos que componían lo que hoy es el Estado español, cada cual contaba con unas formas de expresión y unos dialectos que, aún guardando ciertas semejanzas con el resto de ciudades de la Península, otorgaban al lugar en cuestión autonomía propia desarrollando un sentimiento de pertenencia local entre los lugareños.

Uno de los casos más representativos de este suceso germinó en el sur de nuestro país. En lo que hoy conocemos como Andalucía, a lo largo de su historia reciente se ha ido adaptando el castellano hasta crear una expresiones autóctonas que, probablemente, fuera de dicho espacio resultan irreconocibles. Hay quien sustenta la teoría de que el andaluz no es un simple acento sino que directamente es un dialecto del español. Lo que está realmente claro es que esta escisión de nuestro idioma ha generado un vocabulario propio agregando diferentes connotaciones a palabras ya conocidas.

Según los estudios de varios expertos, una de las razones que podría explicar esta peculiaridad es la constante interacción social provocada por su caluroso clima. Al contar con esta situación favorable algunos factores como el estado anímico del personal y el congruente aumento de los modos de relación entre paisanos introducen en la sociedad nuevas palabras o expresiones. Debido a su gracias y eficiencia, el andaluz se podría llegar a considerar como una forma evolucionada de emplear nuestro idioma.

‘Papafrita’

Si bien en el resto de España podríamos identificar esta palabra como una conjunción o una forma coloquial de referirnos a las ‘patatas fritas’, esta expresión andaluza poco tiene que ver con el tubérculo. Este concepto se refiere a un eufemismo para referirse a alguien con poca inteligencia o que dice muchas tonterías. Aunque a priori pudiera parecer que esta connotación recibe un sentido peyorativo también se le puede acuñar un sentido cariñoso incluso familiar. Es un insulto agradable.

‘Chachilón’

Hace referencia a la bondad de alguien. Es utilizado de manera coloquial para alagar a alguien por un gesto que haya efectuado o, simplemente, como muestra de afecto. Algún sinónimo de este término puede ser el afable, benévolo o generoso. Ejemplo: “Este tío es chachilón”.

‘Perita’

En este caso no se refiere a un diminutivo de la fruta como muchos podríamos pensar, sino al sustantivo que describe algo que se sale de la norma, como extraordinario, espectacular o increíble. Tiene un sentido muy amigable y se suele usar en núcleos cerrados con poca gente o de confianza.

‘Tequispuí’

Es una forma de expresar desconcierto o desacuerdo con alguien. Responde a un sentimiento despectivo de rechazo por lo que haya dicho o asentido alguien. Proviene de la expresión española de “¿te quieres ir por ahí?”.

‘¡Fite!’

Esta última es una de las más atípicas en el resto de España. Sin embargo probablemente cuenta con el significado más lógico. Se emplea con el objetivo de reclamar de manera imperativa la atención de alguien. Un sinónimo referente a esta expresión pudiera ser fíjate o ‘presta atención’. Aunque esta forma de hablar es menos cariñosa que las anteriores.

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