El consumo de helados se mantiene estable temporada tras temporada, según los datos del panel de consumo alimentario del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. De acuerdo con el organismo, entre junio de 2023 y mayo de 2024, los españoles consumieron un total de 140 millones de litros de helado, lo que representa apenas un descenso del 0,6 % respecto al año anterior, reflejando así una tendencia constante.
Aunque tradicionalmente se ha asociado este dulce con celebraciones y momentos festivos, cada vez son más las personas que lo incorporan como una opción más dentro de su día a día, ya sea como postre, merienda o simplemente como un antojo ocasional.
Incorporar este alimento a la dieta diaria no solo tiene un impacto en la salud física, como ocurre con cualquier otro alimento que consumimos, sino que también afecta las emociones y, en consecuencia, nuestro bienestar mental.
Un estudio del Instituto de Psiquiatría de Londres
Así lo indican estudios como el llevado a cabo por el Instituto de Psiquiatría de Londres. El centro ha publicado los resultados de una investigación en la que se demostró, a través de resonancias magnéticas, que consumir helado estimula ciertas áreas del cerebro relacionadas con la sensación de placer y felicidad. Según este estudio, realizado en colaboración con la división de helados de la empresa Unilever, una simple cucharada de helado activa los mismos centros cerebrales que se estimulan cuando una persona obtiene una ganancia económica o escucha una de sus canciones favoritas.
El estudio se llevó a cabo mediante la realización de dos escáneres cerebrales a diferentes personas: uno en el que los participantes estaban en reposo, sin ninguna actividad específica, y otro justo después de que ingirieran una cucharada de helado de vainilla. Al comparar las imágenes de ambos escaneos, se observó un efecto inmediato en ciertas regiones del cerebro que se volvían más activas tras el consumo del helado. Una de estas áreas fue la corteza orbitofrontal, situada en la parte frontal del cerebro, la cual se asocia con la sensación de placer.
Además, este producto se ha convertido en una destacada opción dentro de las llamadas “Comfort Foods”. Este término, que surgió en el año 2000, hace referencia a los alimentos o recetas que nos brindan consuelo y bienestar. Son esos platillos que, además de satisfacer el hambre física, logran reconfortar el espíritu. Comer un par de bolas de helado puede acercarnos a la sensación de felicidad o, al menos, inducirnos a un estado emocional más agradable y placentero.
