Este es el pueblo que produce el 95% del ingrediente esencial en España para hacer cerveza

Este es el pueblo que produce el 95% del ingrediente esencial en España para hacer cerveza

¿Quién no se tomaría una cerveza bien fresquita a cualquier hora del día, para escapar del calor? Es la bebida que más se consume en toda España, en especial durante los meses de verano, cuando se concentra el 31 por ciento de las ventas. Una bebida ancestral y en un país que es el segundo más bebedor de cervezas del mundo con 415 unidades por habitante y año y cuatro de cada cinco españoles la consume de manera ocasional y habitual.

Pero para su fabricación es fundamental un ingrediente, el lúpulo, “Humulus lupulus”, cuya flor se usa como el mejor aditivo para contrarrestar el dulzor de la malta de la cebada. Una planta, de la familia de las cannabáceas que tiene un epicentro fundamental en España. Se trata de Carrizo de la Ribera, municipio leonés situado en tierras del Órbigo, de apenas 2.600 habitantes, donde se cultiva el 95 por ciento de toda la producción.

 

La culpa la tienen un grupo de labradores de la zona que hace cuatro décadas apostaron por cultivar este producto, del que poco sabía por entonces. Y a fe que acertaron, ya que comenzaron a salir abundantes cosechas para capitanear hoy en día la producción nacional.

Son abundantes los campos que rodean la localidad repletos de esta planta, pero es que además el lugar celebra una fiesta dedicada a la cerveza y cuenta además con una ruta guiada donde se puede conocer la historia del lúpulo y que finaliza con una cata de cervezas artesanales, que se celebra los fines de semana.

Pero además, la localidad también cuenta con otros encantos patrimoniales, para conocer si uno se acerca hasta ella. Empezando por el Monasterio de Santa María de Carrizo, de monjas cistercienses y catalogado como Monumento Nacional en 1974.

También cuenta con el Palacio de los marqueses de Santa María de Carrizo, que se trata de una ampliación del Monasterio dedicada a Hospital de Peregrinos.

Y otros lugares con encanto son la ermita del Villar, la iglesia parroquial de San Andrés Apóstol, su puente de hierro construido en 1895 y la antigua casa rectoral.

Y si quiere uno quiere comprobar su gastronomía no se puede marchar del lugar sin probar las sopas de truchas o sus ricos embutidos, eso sí acompañados por una fresquita cerveza.

Please follow and like us:
Pin Share