Este ingrediente vital en la pasta de dientes para niños falta en algunas marcas

Este ingrediente vital en la pasta de dientes para niños falta en algunas marcas

Actualmente, disponemos de dentífricos avanzados para cuidar
nuestra higiene bucal. Con el paso del tiempo, este producto ha mejorado
significativamente, incorporando una variedad de sabores y propiedades
interesantes, como el efecto blanqueador, protector de encías o calmante contra
la sensibilidad.

El ingrediente principal en la pasta de dientes actual son
partículas abrasivas de dióxido de silicio (SiO2, sílice) que constituyen
alrededor del 50% de la composición. Un 20 o 40% es agua, y el resto son
sorbitol (C6H14O6, un poliol edulcorante), fluoruro de sodio (NaF) y triclosán
(C12H6Cl3O2), además de humectantes y saborizantes.

El fluoruro de sodio fue añadido en 1914 por Frederick S.
McKay y es el principio activo principal de los dentífricos actuales. Su aporte
de flúor aumenta la resistencia del esmalte dental al ataque ácido de bacterias
causantes de caries, derivadas principalmente del consumo de azúcar. De hecho,
si los dentífricos que se comercializan actualmente lo hicieran sin su aporte
en flúor, las pastas de dientes serían poco más que una crema de sabores. Sin
el principio activo que nos ofrece la protección que tanto necesita el esmalte
de nuestros dientes, no servirían para nada.

Sin embargo, es importante destacar que la cantidad adecuada
de flúor que debería contener la pasta dental varía de acuerdo con la edad del
usuario y es esencial elegir la pasta dental con la concentración correcta de
flúor para cada grupo de edad. Esto es especialmente relevante en el caso de
los dentífricos para los más pequeños. Según la OCU, algunas pastas de dientes
infantiles no contienen la cantidad necesaria de flúor para proteger el esmalte
frente a la aparición de caries.

¿Cuál es la cantidad de flúor recomendada para los niños?

Según explica la Organización de Consumidores y Usuarios,
algunas pastas dentales destinadas a niños, que se encuentran fácilmente en los
supermercados y a menudo presentan atractivos diseños y sabores, promocionan su
falta de flúor como un beneficio. Sin embargo, esta ausencia de flúor no es
recomendable para la salud bucodental de los niños, de acuerdo con el criterio
de los especialistas de la OCU.

Asimismo, tampoco es recomendable optar por los dentífricos
que contienen solo 500 partes por millón (ppm) de flúor, ya que estas
cantidades no resultan suficientes para prevenir eficazmente la aparición de
caries en los más pequeños. Para los niños de hasta 6 años, los especialistas
recomiendan un dentífrico con una concentración de flúor de 1.000 ppm. Esta
cantidad es adecuada para proporcionar la protección necesaria contra las
caries, sin dañar el esmalte dental ni causar manchas en los dientes.

Aunque, eso sí, la cantidad de pasta de dientes que se debe
utilizar varía según la edad del niño. Para los niños más pequeños, de 0 a 3
años, se recomienda usar una cantidad de pasta de dientes equivalente al tamaño
de un grano de arroz, mientras que para los niños un poco más grandes, de 3 a 6
años, la cantidad de pasta de dientes que deberían usar es equivalente al
tamaño de un guisante. No hace falta más.

A partir de los 6 años y hasta la edad adulta, se recomienda
una pasta de dientes con una concentración de flúor de 1.450 ppm. Esto se debe
a que los dientes permanentes ya se han formado y pueden beneficiarse de una
concentración de flúor más alta para su protección. Sin embargo, aunque la
concentración de flúor es la misma que en los adultos, se debe poner menos
cantidad en el cepillo para los niños.

Por último, es necesario recordar que conviene supervisar a los
niños cuando se cepillan los dientes. Esto nos permite enseñarles la forma
correcta de hacerlo y prevenir que consuman demasiada pasta dental, lo cual
puede ser peligroso. Por ejemplo, si un niño de un año ingiere la mitad de un
tubo de pasta dental de 100g que contiene 1.500 ppm de flúor, podría ser fatal.
Por lo tanto, es crucial mantener los tubos de pasta dental, especialmente los
de sabores atractivos, fuera del alcance de los niños.