Con el avance de la tecnología, es costumbre que, con el avance de los años, se descubran materiales completamente nuevos o se den nuevos usos a materiales ya existentes, que ayudan a la eficiencia y en la aplicación de este en múltiples sectores.
Uno de ellos, además que este próximo mes de octubre se cumplirán 20 años desde su descubrimiento, es el grafeno. Fue obra de Andre Greim y Kostya Novoselov, así como de sus colaboradores, el hallazgo de este material, cuando colocaron una cinta adhesiva sobre una muestra de grafito, removiéndolo consecutivamente hasta aislar una sola capa de átomos de carbono, haciéndolo un material estable.
Por este hecho, seis años después, en 2010, llegaron a ganar el Premio Nobel de Física, y desde entonces el grafeno ha sido implementado en muchas áreas debido a su dureza (200 veces más que el acero), ligereza (5 veces más que el aluminio), flexibilidad y resistencia. Asimismo, también es un gran conductor de la electricidad, lo que lo hace ideal para sectores de electrónica y robótica.
Los usos del grafeno
Debido a todas sus propiedades, el grafeno se ha ido implementando en diferentes sectores. Por ejemplo, y debido a su ligereza, es un material muy utilizado en las baterías de los drones, así como en la construcción porque también es un buen aislante térmico.
Asimismo, también puede darse el caso que las baterías de grafeno vayan, poco a poco, sustituyendo a las baterías actuales de litio, ya que el propio grafeno se puede multiplicar hasta por diez la vida útil de estas partes indispensables en muchos utensilios electrónicos.
Por otro lado, y según una iniciativa de la Universidad Tecnológica de Chalmers, en Suecia, este material también se ha ido implementando en otras aplicaciones más comerciales de nuestro día a día, como lo son equipos deportivos, neumáticos, recubrimientos termoconductores para componentes de motos, así como cascos, sensores inalámbricos o incluso auriculares.
Asimismo, también se usa el grafeno para grandes procesos vitales para las sociedades como puede ser la desalinización y la purificación de agua potable, mediante los productos de óxido de grafeno. Por ello, las grandes compañías como Tesla, Apple o Panasonic ya van implementando este material a sus productos.
También puede aplicarse para realizar pantallas flexibles, así como para la fabricación de mejores prótesis para aquellos pacientes sanitarios que las necesitasen en un momento dado. Sin embargo, es posible que estos usos del grafeno vayan expandiéndose, ampliando así sus usos, incluso, en nuestra vida cotidiana.
