Gunilla von Bismarck: “Necesito cuidar mi mente y recuperar la paz”

Gunilla von Bismarck: “Necesito cuidar mi mente y recuperar la paz”

Estaban divorciados pero hacían la vida de un buen matrimonio. Hoy, Gunilla von Bismarck llora la muerte del gran amor de su vida, Luis Ortiz, fallecido el pasado martes 17 de septiembre en un hospital malagueño, víctima de un cáncer. Cuando hablo con ella intenta aparentar una cierta tranquilidad, pero confiesa que “el dolor que llevo por dentro no se puede explicar con palabras. Luis lo era todo para mí”.

– El vacío que ha dejado en su vida es imposible de llenar.

– Han sido muchísimos años juntos, plenos de amor, y a pesar de que estábamos divorciados, no nos separamos. Puede sonar extraño, no es normal, pero nos queríamos tanto que no podíamos estar el uno sin el otro. Y tras divorciarnos, nos dimos cuenta que teníamos que reconciliarnos. Lo que no me gustaba es que bebía y fumaba demasiado. Llegó un momento que no lo pude aguantar más y por eso tomamos caminos separados. Aunque el amor nos acercó de nuevo. Y todos los recuerdos que me quedan de Luis son buenos.

– Él siempre confió en vencer al cáncer… Hace dos años me transmitía su optimismo y creía que ya estaba curado.

– Desgraciadamente, no ha sido así, su estado de salud se fue complicando. Además, los riñones no le funcionaban, iba a diálisis, y no pudo remontar. Se ha ido rodeado de todos los que le queríamos. No estaba solo.

– ¿Cómo transcurrieron sus últimos días?

– En el hospital, muy bien cuidado y con todo nuestro cariño.

– El suyo y el de su hijo Francisco.

– No nos hemos separado de su lado… Era un hombre muy optimista, no se quejaba por nada, un ejemplo de superación personal, aunque al final perdiera la batalla contra la enfermedad.

– Adoraba a su nieto.

– Era verdadera pasión con el niño. Nuestro nieto tiene dos años y disfrutaba muchísimo jugando con su abuelo.

– ¿Cuál es el mejor recuerdo que le queda de Luis?

– Su sonrisa. Tuve mucha suerte al conocerle, la felicidad que me ha dado, doy gracias de que se cruzara en mi vida. Era único, un hombre cariñoso y muy divertido. Una gran persona. Caía bien a todo el mundo, porque era un ser maravilloso y estupendo.

– ¿Y ahora cómo se plantea su futuro inmediato?

– Lo primero es enterrar sus restos en Alemania, el lugar en el que algún día descansaremos juntos. Y luego necesito cuidar mi mente, estar tranquila, recuperar la paz. Luis sigue dentro de mi alma, de mis pensamientos, no se ha apartado de mí. No hay personas tan buenas como él. ¿Sabes que era un gran imitador? Su parodia de Groucho Marx era increíble. Idéntico. También a la duquesa de Alba, hasta se ponía trajes de mi madre… Nos reíamos mucho con sus imitaciones.

Please follow and like us:
Pin Share