La repentina e inesperada muerte de Carlos Goyanes nos encogió el corazón. Todos nos pusimos en la piel de esa familia, tan unida y tan feliz. Su hija mayor, Caritina Goyanes, fue quien tuvo que dar esa dura noticia. Lo que ha dejado a todo el país conmocionado y sin palabras es que fuera ella quien 19 días después, dejara huérfanos de madre a sus dos preciosos hijos y el corazón roto a toda España.
Ahora están juntos, con su tío Tito. Desde el cielo mandarán luz y fuerza al resto de su queridísima familia. El trabajo más duro de aceptación y reconstrucción lo tienen los que se quedan.
Pensamos mucho en Cari, quien en pleno duelo por la pérdida de su marido, perdió también a su hija primogénita. Y en el marido, hijos, hermana de Caritina… Ojalá estos pensamientos, cariño y oraciones les den la fuerza necesaria para transitar el más difícil desierto emocional: el que supone aceptar la irreparable pérdida.
Duele también despedir cada verano a tantas vidas que se cobra la carretera. La operación retorno de vacaciones, con tantos desplazamientos, aumentan los riesgos al volante.
En un segundo y para siempre, se acaba todo. Quienes se salvan se enfrentan a un doble daño, el físico y el psicológico. El quizá más difícil de superar es el psicológico, sobre todo cuando la causa es evitable. La imprudencia, el consumo de alcohol, drogas o psicofármacos, incluso la creciente necesidad de contestar mensajes hasta cuando conducimos, son el origen de muchas desgracias.
Respetar la velocidad, no conducir bajo extrañas circunstancias, el buen mantenimiento del coche, son normas esenciales, pero se suma una fundamental: evitar el uso del teléfono.
La carretera que se ha llevado vidas, sueños, ilusiones… incluso de personajes admirados mundialmente como James Dean, Nino Bravo, Grace Kelly, Tino Casal, Fernando Martín, Lady Di… o nuestros queridos Álex Angulo (en 2014) y Álex Casademunt (en 2021).
Hasta siempre.
