Los ministros de Economía, Carlos Cuerpo, y de Transformación Digital, José Luis Escrivá, visitarán las instalaciones de control satelital de Hispasat en Serviente (Brasil) este martes y miércoles aprovechando su participación en las reuniones preparatorias de la cumbre de jefes de Estado del G-20 que tendrá lugar el próximo mes de noviembre. El objeto de esta visita es apoyar el proyecto de la empresa española para liderar el lanzamiento de un satélite compartido entre varios países iberoamericanos que facilite el acceso a la enseñanza y a la sanidad en las zonas remotas.
Una empresa codiciada
Tras años de relativa calma, el sector de los satélites vuelve a estar en boga. E Hispasat es un jugoso bocado sobre el que varios comensales están interesados. Y es que la primera compañía satelital española ha pasado de ser un descarte del que se deshizo la concesionaria de autopistas Abertis cuando afrontó la fusión con la italiana Atlantia, a convertirse en objeto de deseo.
Indra ha admitido abiertamente ese interés, aunque la empresa de tecnología participada mayoritariamente por la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) tiene en su foco la actividad ligada al transporte y a defensa, y no tanto otras como la distribución de señal televisiva o el acceso a Internet en lugares remotos que presta la empresa presidida por Pedro Luque.
La compra de Hispasat le daría acceso directo además a Hisdesat, de la que Hispasat controla el 43% y la SEPI un 7%. Pese a su pequeño tamaño, Hisdesat, fundada en 2001, tiene una gran importancia estratégica porque está especializada en observación de la tierra y comunicaciones gubernamentales por canales seguros en los ámbitos de defensa, seguridad e inteligencia, a través de dos satélites -XtarTur y SpainSat- y su principal cliente el Estado.
Pero, como ha admitido el propio Duque, no solo Indra está dispuesta a pujar por Hispasat. También hay interés internacional, aunque no se han desvelado las conversaciones que, en caso, de haberlas, están en una fase muy inicial.
