Identifican una especie invasora que amenaza los lagos y embalses de España

Identifican una especie invasora que amenaza los lagos y embalses de España

Un equipo de investigadores de la Universidad de La Coruña
(UDC), con el apoyo de la Reserva da Biosfera e Terras do Miño y la empresa
Emalcsa, ha identificado una nueva especie invasora en el embalse de Cecebre,
Galicia. Esta especie se identifica como la Crassula helmsii, comúnmente
conocida como Crásula de agua, una planta acuática originaria de Nueva Zelanda
que podría desplazar la vegetación nativa y reducir la fauna de la zona.

Según la investigación, publicada en la revista
especializada ‘Biological Invasions’, esta planta posee una rápida capacidad de
reproducción y ya ha sido reconocida como un problema serio en otros lugares,
como las Islas Británicas y los Países Bajos. Lo peor de todo es que el embalse
de Cecebre parece ofrecer un entorno propicio para su propagación, ya que esta
especie prospera en terrenos de aguas estancadas, estuarios, lagos, humedales,
canales y zonas similares.

¿Por qué es peligrosa la Crásura de agua?

El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto
Demográfico describe a la Crásula de agua como una planta que suele medir entre
10 y 130 centímetros y que puede crecer sumergida hasta alcanzar los tres
metros de altura. Su presencia puede afectar negativamente a los ecosistemas
naturales.

La Crassula helmsii suele introducirse en los ecosistemas de
manera intencionada como planta ornamental para acuarios y estanques,
principalmente para oxigenarlos. A partir de ahí, las plantas pueden ser
transferidas al medio natural a través de diversas actividades humanas. Esta
planta es extremadamente competitiva, reduce significativamente la germinación
de las plantas nativas y puede desplazar a las poblaciones de macrófitos.
Además, puede causar una disminución en invertebrados, ranas, tritones y peces,
obstruyendo vías fluviales y drenajes.

Una vez que la Crassula helmsii se establece en un
ecosistema, su erradicación es prácticamente imposible debido a su alta
resistencia y gran capacidad de reproducción, lo que dificulta su control. Esta
planta tiene la capacidad de sobrevivir tanto fuera del agua como en
condiciones de frío extremo y cierto grado de salinidad. No obstante, a pesar
de su rápida proliferación, es posible contener su expansión.

Para ello, es recomendable colocar redes en los puntos de
entrada y aguas abajo del río, evitando así la llegada de tallos desprendidos.
Además, es crucial llevar a cabo un monitoreo constante en las áreas afectadas
y las adyacentes para controlar posibles rebrotes o rizomas enterrados. El
método de control se adaptará en función de la extensión de la invasión y de la
vegetación nativa que aún persista en la zona.

En lo que respecta a su posible impacto en el Embalse de
Cecebre, que proporciona agua a la ciudad de La Coruña, el principal problema
radica en que la planta podría obstruir el flujo del agua y provocar
inundaciones. Sin embargo, no se espera que afecte significativamente la
calidad del agua.