Israel avanza una casilla más en la guerra al bombardear por primera vez una ciudad cristiana del norte de Líbano

Israel avanza una casilla más en la guerra al bombardear por primera vez una ciudad cristiana del norte de Líbano

“La guerra no es contra los libaneses, sino contra Hizbulá”. Tanto el ejército israelí como el primer ministro, Benjamin Netanyahu, se han cansado en las últimas semanas de repetir este mensaje para distinguir lo que es un grupo terrorista de una población mucho más heterogénea que una milicia chií y, de paso, ganarse el favor de la gran mayoría de los habitantes del país vecino y de la comunidad internacional.

De hecho, y aunque se olvide con frecuencia, Líbano es el país más multicultural y diverso de Oriente Medio, con una población musulmana de en torno al 55% y una “minoría” cristiana que no lo es tanto, ya que roza el 40% de la población. Y entre los musulmanes que puedan apoyar a Hizbulá no hay, a buen seguro, ni mucho menos unanimidad, lo que reduce aún más el apoyo a la milicia declarada en guerra contra Israel.

Pero la estrategia de los bombardeos “selectivos” contra los barrios al sur de Beirut, donde tiene su bastión Hizbulá (en ocasiones en zonas de difícil acceso protegidas por barrios residenciales), se ha visto sorprendentemente alterada este lunes por una acción de Israel que, a simple vista, es contradictoria, y que tiene difícil explicación desde esta lógica.

Por primera vez en esta guerra, el ejército israelí ha bombardeado la ciudad de Aitou, perteneciente al distrito de Zgharta, situada al norte de la capital, al suroeste de Trípoli. La población es de mayoría cristiana, según los datos aportados por la Cruz Roja libanesa.

Es decir, la partida militar que libra el gobierno de Netanyahu ha avanzado más al norte de lo esperado y ha traspasado las fronteras del “territorio Hizbulá”. El ataque ha causado una veintena de víctimas mortales, aunque la cifra definitiva aún no se conoce.

Según la Agencia Nacional de Noticias libanesa (ANN), el ataque tuvo como objetivo un apartamento residencial, mientras que medios locales informaron de que el inmueble había sido alquilado recientemente.

 

¿Por qué ha decidido Israel lanzar este ataque que cuestiona su retórica militar? Expertos consultados por la prensa del país apuntan a que el ataque iba dirigido a un alto dirigente de Hizbulá que, o bien tenía en esa ciudad su cuartel general, o bien había huido de las zonas controladas por la milicia y fuertemente atacadas por Israel.

 

Esto puede significar dos cosas. La más fácil de justirficar para Israel es que, en un movimiento lógico ante el fuerte empuje de sus tropas, el grupo terrorista haya decidido desplazar a posiciones más al norte algunas de sus fuerzas y a sus principales dirigentes, con el propósito de reorganizarse tras las explosiones de los walkie-talkies y los buscas y la última ofensiva aérea y terrestre, que ha dejado muy tocada a la organización y ha acabado con la vida de sus principales líderes.

La otra explicación supondría que el gobierno de Netanyahu ha decidido expandir el área de sus ataques más al norte de Beirut, aunque ello suponga atacar objetivos en los que vive mucha población cristiana y que no solo no comulga con el ideario de Hizbulá, sino que estaría encantada con la erradicación de la milicia.

El ataque coincide con un alejamiento cada vez más explícito de Naciones Unidas hacia Israel, especialmente tras los últimos ataques a la misión de la FINUL, y con un cierto acercamiento hacia Estados Unidos.

En este sentido, el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, agradeció anoche en una llamada telefónica a su homólogo estadounidense, Lloyd Austin, el envío de un sistema antimisiles Terminal de Defensa Aérea de Alta Altitud (THAAD) para reforzar su capacidad de respuesta ante un posible ataque iraní.

“Este es otro claro reflejo del compromiso de los Estados Unidos con la seguridad de Israel y con la defensa de Israel contra las amenazas aéreas planteadas por Irán y sus representantes”, recoge un comunicado del Ministerio de Defensa.

Se espera que esta batería de defensa, considerada una de las más avanzadas, llegue y sea instalada en Israel en los próximos días.

El presidente estadounidense, Joe Biden, ordenó a Austin entregar este sistema antimisiles, junto a su tripulación, para hacer frente a misiles balísticos de Irán, según un comunicado ayer del portavoz del Pentágono, general de brigada Pat Ryder.

Israel ya tendría preparado un ataque contra Irán, según indicaron el sábado medios israelíes, en represalia por el bombardeo que Teherán lanzó el pasado 1 de octubre con unos 180 misiles balísticos, informa Efe.

Otro de los asuntos que Gallant trasladó a Austin fue el ataque que sufrió ayer la base militar Gorian, al sur de Haifa, con un dron disparado por Hizbulá que mató al menos a cuatro soldados y dejó a más de 60 heridos.

En este sentido, el titular de Defensa destacó “las amenazas que plantea Hizbulá” contra Israel, y la necesidad de seguir desmantelando su infraestructuras y su capacidad de “seguir golpeando” territorio israelí.

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