José Manuel Romero, el ángel de la guarda del equipo de hípica en los Juegos

José Manuel Romero, el ángel de la guarda del equipo de hípica en los Juegos

Detrás de un gran caballo siempre hay un gran veterinario top y esa figura la representa como nadie en España José Manuel Romero, licenciado por la Universidad Complutense en 1979. Desde 1983 ha

trabajado en clínica privada especialmente enfocada a caballos de deporte. Fue profesor de la Escuela Militar Ecuestre desde ese año hasta 1990 cuando ejerció como profesor de la facultad de veterinaria de hasta 1992. Ha sido veterinario de los equipos nacionales de Concurso Completo y Saltos en los Juegos de Seúl, Barcelona, Tokio y París además de varios campeonatos de Europa y del mundo. Es diplomado del American College of Veterinary Sport Medicine and Rehabilitation, del European College of Veterinary Sport Medicine and Rehabilitation y Miembro certificado de la International Society of Equine Locomotor Pathology. También es Oficial Veterinario de la Federación Ecuestre Internacional en las disciplinas de Salto, Concurso Completo y Doma y actualmente es veterinario del equipo nacional de Concurso Completo y de Salto de Obstáculos.

-¿Qué preparación ha de tener un caballo antes de unos Juegos?

-A efectos de preparación física, los Juegos no dejan de ser un concurso más, eso sí del máximo nivel de exigencia. Los jinetes preparan su temporada de forma que el pico máximo se encuentre en los días de la competición. Se realiza la preparación a lo largo de varios meses en los que se permite que el caballo vaya alternando subidas de forma y periodos de menos intensidad. El entrenamiento para luchar contra las altas temperaturas se hace trabajando en esas condiciones de temperatura y humedad altas con la lógica progresividad. La mejora en las condiciones de bienestar del caballo en este nivel de competición incluye aire acondicionado en las cuadras y carpas con ventiladores con difusores de agua.

-¿Cómo es el día de un veterinario en los Juegos?

-Antes de las fechas de competición es recomendable el seguimiento de los binomios candidatos en las competiciones previas. Se trata de caballos y jinetes del máximo nivel que han llegado hasta ahí con unos esquemas de entrenamiento, nutrición, herraje y cuidados veterinarios muy estudiados y cuidados, por lo que no es necesario ni recomendable hacer cambios drásticos en el manejo. Sí que en ocasiones podemos optimizar el estado de los caballos en base a exámenes o analíticas antes del viaje y, por supuesto, si algún contratiempo surge durante la competición y ha de ser atajado. Tras la llegada al recinto de los Juegos hay que revisar los caballos después del viaje y comprobar que no hay problemas de salud de última hora. Un momento crucial es la Inspección de Caballos. Ahí no hay puntuaciones ni derribos ni tiempo. Se decide por un panel de jueces y veterinarios si el caballo está en condiciones de competir. Es dentro o fuera y puede suponer, si no se supera, el fin de la competición antes de empezar. En el día a día, comprobamos con los mozos que los caballos han descansado, comido y bebido bien y tomamos las temperaturas. Después, acompañamos a la pista a los caballos cuando se montan, tanto en los entrenamientos como en la competición y revisamos que todo esté en orden. Tras la competición, administramos las medicaciones que sean necesarias siempre usando productos permitidos que habitualmente son rehidrataciones o vitaminas.

-¿Cuáles han sido el mejor y el peor momento en los Juegos?

-Con cariño recuerdo la acogida de los mozos en Versalles (Adeline, Orsy, Fernando y Alan) con regalos, banderas, juegos y un ambiente extraordinario hasta el final, a pesar de los resultados. Olvidar, lo que se dice olvidar, no querría olvidar nada. Son todos recuerdos, van juntos los buenos y los regulares. Tal vez podríamos haber tenido más suerte con el golpe de “Taraje CP”, el caballo de Carlos Díaz que estaba resultando la mejor baza española en la disciplina de Concurso Completo, pero justo el día de la final no amaneció en perfectas condiciones y no pudo competir. Pese a ello, a las 24 horas ya estaba estupendo.

-¿Cómo se llega a ser el responsable de los caballos más importantes del país en los Juegos?

-No existe un camino concreto. La base es la confianza. Y esa confianza se puede obtener de varias formas. En mi caso, creo que la combinación de formación y experiencia ha permitido que la RFHE pensara en mí para esta labor en varias ocasiones.

-¿Qué le diría a los jinetes de Salto y Concurso Completo después de los Juegos?

-Que estén orgullosos de sus caballos y de ellos mismos, que han dado lo mejor. Estamos acostumbrados a medir el éxito por los resultados, pero que el hecho de haber llegado hasta allí ya es un éxito.

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