Kamala Harris: un puñado de Valentinos para conquistar América

Kamala Harris: un puñado de Valentinos para conquistar América

Esta semana pudimos ver en el perfil de Pierpaolo Piccioli, el hasta hace unos meses era director creativo de la firma Valentino y uno de los diseñadores más influyentes de la moda, la carta que Kamala Harris le remitió cuando conoció su despedida de la maison italiana. En ella, la candidata a la presidencia de los Estados Unidos agradecía todo el apoyo que el creador le había dado. De esta manera, se hacía más evidente a los ojos del gran público la confianza que tenía Harris en un diseñador de la talla de Piccioli. A otras personas, en cambio, esto les ha podido sorprender y se habrán preguntado de dónde viene esta relación y por qué la política demócrata le remite esas líneas a uno de los reyes de la alta costura.

Si bien es cierto que Harris no tiene la colección de vestidos de Valentino que la reina Sofía atesora en Zarzuela, no debemos pensar que la que podría ser la primera mujer que se siente en el Despacho Oval no tiene interés por la moda. Porque nada más lejos de la realidad. De hecho, en las últimas semanas le está dando algún que otro dolor de cabeza su pasión por la firmas de alta gama.

Durante los cuatro años que ha pasado como vicepresidenta, poca o ninguna atención se le solía dar a sus looks, pero ahora que Harris lidera al Partido Demócrata para verse las caras con Donald Trump, se empieza a escrutar todo lo que luce esta política. Y más de uno se está llevando alguna sorpresa.

Más Tiffany, por favor

Es cierto que Harris se ha convertido en uno de los mejores ejemplos del «power dressing», la tendencia de vestir similar al hombre en el mundo de los negocios, tanto en trajes como en colores o accesorios… Pero la actual vicepresidenta le está dando un giro a este estilo. Si bien no se diferencia mucho de otras líderes como fueron Hillary Clinton o Angela Merkel, ella ha optado por ir un paso más allá marcando un camino propio que, por cierto, no es nada barato. Últimamente la hemos visto lucir trajes diseñados en exclusiva para ella por la firma Chloé, donde cada modelo de prêt-à-porter ronda los 3.500 euros. Ella se los hace a medida. Esta no es, además, ni de lejos la única casa de alta moda que ha lucido. Ni si quiera la más cara. Kamala ha aparecido en público con algún que otro diseño de Tom Ford, donde solo la chaqueta ya ronda los 4.000 euros. Michael Kors o Carolina Herrera también cuelgan de su armario, lo que nos puede dar una idea de la inversión que realiza la demócrata en su guardarropa.

Y si es, digamos, caprichosa a la hora de vestir, no lo es menos a la hora de elegir complementos. Uno de sus favoritos es el modelo Ballon Bleu de Cartier, un reloj que ha lucido en varias ocasiones y cuyo modelo más barato ronda los 7.000 euros.

Se ha hecho popular también la imagen de Kamala Harris en zapatillas Converse y, de hecho, así apareció en la portada de la revista Vogue. No vamos a negar que las marcas más accesibles también forman parte de su identidad, como el día que la vimos con una cazadora de Levi’s con la bandera arcoíris, pero su gusto por la moda la lleva a confiar normalmente en Manolo Blahnik cuando tiene que ir con zapatos de tacón. Traduciéndolo en euros, su calzado no baja de los 675, que es lo que cuesta uno de los modelos básicos del diseñador español.

Cuando eligió a Tim Walz, gobernador de Minnesota, como su compañero en el ticket electoral, se habló mucho de que de esta manera introducía al americano medio entre sus votantes. Él está pensado para dar el punto «de la calle» a una mujer cuya carrera y presencia puede apabullar a depende qué personas. Posiblemente también pensaran que podrían recibir críticas por el inmenso gasto que realiza a la hora de vestir y es que, si ya vamos por cantidades astronómicas en lo que llevamos relatado, todavía falta lo más llamativo.

La imagen de Kamala Harris con un collar de Tiffany & Co. se hizo viral al poco de aparecer. Si bien se tasó en un precio que rondaba los 60.000 euros, si nos fijamos bien es el modelo sencillo de la línea HardWear, por lo que la cantidad que tuvo que desembolsar rondó «solo» los 20.000, que ya es llamativo para una mujer metida en política.

Pero si hay algo que realmente parece que le vuelven loca son las perlas. Están muy ligadas a ellas por su vida universitaria, cuando se introdujo en la sororidad Alpha Kappa Alpha en la que esa joya es todo un símbolo, y han estado presentes en los momentos más importantes de su vida, como cuando tomó posesión de su cargo como vicepresidenta en 2021, cuando lució una creación de Wilfredo Rosado valorada en 45.000 euros. Actualmente suele llevar un diseño doble realizado por Irene Neuwirth con un precio que puede rondar los 30.000 euros, que es el collar de su retrato oficial.

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