Kamala Harris y McDonald’s

Kamala Harris y McDonald’s

Ya hemos apuntado en este rincón de LA RAZÓN la propaganda de Kamala Harris, que ha planteado un plan económico intervencionista y populista, parecido al de nuestro Gobierno, y lo ha presentado como «la economía de las oportunidades» en favor de «la clase media», cuando es todo lo contrario –véase: https://bit.ly/4eHgK8Y. Sin embargo, entre este camelo, hay en la vida de Harris un aspecto verdadero, interesante, y diferente a lo que suele incluir la biografía de nuestros políticos en España. Ella trabajó en un McDonald’s.

O al menos, eso dice, porque hay voces en EE UU, empezando por el propio Donald Trump, que han cuestionado ese dato de su currículum, que Harris no mencionó hasta el año 2019. Pero, sea ello como fuere, y aunque la candidata Demócrata diga ahora, para subrayar su personalidad popular, que sirvió hamburguesas en un «Macas», como dicen en particular los madrileños, la clave del asunto no es que ella lo haya hecho o no, sino que millones de jóvenes lo hacen en Estados Unidos para ganar algo de dinero mientras estudian.

Anthony de Jasay, el gran pensador liberal, decía que lo que pasa en EE UU es que, siendo un país con abundante intervencionismo, como todos los demás, allí todavía sobrevive el espíritu emprendedor de la conquista del Oeste, y que eso explica su dinamismo laboral y empresarial.

William McGurn recordó en el Wall Street Journal que uno de cada ocho estadounidenses trabajó alguna vez en un restaurant de los arcos dorados. Es una cifra impresionante en cuanto a la economía y el empleo, y por lo que representa en términos de aprendizaje de la de cultura del esfuerzo y la responsabilidad en el mercado.

Ahora bien, McGurn critica a Trump y los suyos, alegando, con acierto, que la verdadera debilidad de Harris no es que quizá se haya inventado su paso por McDonald’s sino que su política económica va sistemáticamente en contra de las empresas, a las que pretende subirles el Impuesto de Sociedades hasta el máximo registrado en la historia americana, y aumentarles los costes laborales salariales y no salariales.

Lo realmente nocivo, por tanto, es que en la economía de las oportunidades, que supuestamente propicia Kamala Harris, no tiene sitio McDonald’s, que tantas oportunidades ha brindado a los jóvenes en América y el resto del mundo.

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