La carrera espacial de Kim Jong Un no termina de despegar

La carrera espacial de Kim Jong Un no termina de despegar

Corea del Norte llevó a cabo el lanzamiento de un proyectil que se presume transportaba su segundo satélite militar de reconocimiento. Este disparo se produjo horas después de que anunciara su plan de poner en órbita dicha nave, generando fuertes críticas por parte de sus países vecinos. No obstante, la maniobra se materializó en el último fracaso de la potencia nuclear, tras otros dos aparatosos accidentes ocurridos el año pasado. Cabe destacar que, además, coincidió con la clausura de una peculiar cumbre trilateral entre China, Japón y Corea del Sur, celebrada en Seúl.

“El lanzamiento del nuevo cohete portador de satélites fracasó al explotar en el aire durante el vuelo de la primera etapa”, declaró el subdirector general de la Administración Nacional de Tecnología Aeroespacial de Corea del Norte en un informe difundido a última hora del lunes por los medios estatales. “Los primeros análisis sugieren que la causa del fracaso fue un novedoso motor para cohetes de combustible líquido, pero se están investigando otras posibles causas”, según los informes.

El Estado Mayor Conjunto surcoreano comunicó que el lanzamiento se produjo alrededor de las 22:44 hora local en dirección sur sobre el Mar Amarillo, y desde la provincia de Pyongan del Norte. Las autoridades militares afirmaron haber encontrado grandes cantidades de restos en aguas norcoreanas, y añadieron que tanto sus responsables como los estadounidenses están analizando los hechos.

El gobierno japonés emitió, a través de su sistema de radiodifusión J-Alert, una notificación de emergencia urgente a los residentes del sur del país, instándolos a buscar refugio debido a la posible amenaza de un misil norcoreano. Sin embargo, posteriormente se levantó la advertencia y se informó de que no se esperaba que este sobrevolara territorio japonés. La cadena de televisión pública japonesa NHK difundió imágenes impactantes en las que se puede apreciar un objeto de color naranja surcando el cielo nocturno, seguido de una explosión en llamas en una ubicación cercana a la frontera entre China y Corea del Norte.

Desafío de Corea

A primera hora del lunes Pyongyang hizo públicos sus planes de lanzar un segundo satélite militar, desafiando así las prohibiciones impuestas por las Naciones Unidas. Los indicios de preparativos para esta acción se detectaron en el condado de Thongchang-ri, donde se ubica la base de lanzamiento de Sohae, desde que ha lanzado previamente tres satélites, el último de los cuales fue puesto exitosamente en órbita en noviembre pasado. Desde entonces, Kim Jong Un ha dado prioridad a la expansión de las capacidades de reconocimiento militar basado en el espacio, y anunció el lanzamiento previsto de otros tres Malligyong-1 en 2024 durante una reunión del partido gobernante, a finales del año pasado.

Por lo general, antes de sus lanzamientos, Kim suele notificar dónde pueden caer las distintas partes de sus proyectiles. Asimismo, defiende que tiene pleno derecho a llevar a cabo un programa espacial civil. El dictador ha manifestado su deseo de utilizar estos vehículos para vigilar a las fuerzas estadounidenses en la región, y estas misiones podrían serle de gran ayuda para aumentar su capacidad de ataque nuclear.

Horas después de que Japón recibiera la última notificación, en una demostración de fuerza, Seúl llevó a cabo un ejercicio aéreo cerca de su frontera con el Norte donde participaron unos 20 cazas, entre ellos aviones furtivos F-35A, según informó el ejército surcoreano.

Retórica beligerante

Las relaciones intercoreanas se encuentran sumidas en una profunda crisis, alcanzando niveles de tensión sin precedentes. Desde comienzos de año, el Norte ha dirigido durísimas declaraciones catalogando a su vecino como su “principal enemigo” y dejando clara su postura beligerante. Además, ha tomado medidas drásticas al clausurar agencias especializadas en la reunificación y el diálogo. La retórica agresiva no se ha detenido ahí, ya que ha lanzado amenazas de guerra en respuesta a cualquier violación, por mínima que sea, de su territorio, incluso mencionando una medida tan sorprendente como “0,001 milímetros”.

Japón, China y Corea del Sur, divididos en dos bandos a causa de las tensiones en el estrecho de Taiwán y, sobre todo, por la guerra comercial entre Washington y Pekín, hicieron este lunes un nuevo intento de acercamiento. Por primera vez en cuatro años y medio, sus líderes se reunieron en Seúl en una cumbre tripartita.

Cumbre trilateral

Fue un encuentro en el que imperó un especial interés por la vía de la cooperación “por la paz y la prosperidad de la región”, según el presidente surcoreano, Yoon Suk-yeol, que presidió la reunión. Precisamente, entre los temas tratados estuvo la constante amenaza nuclear esgrimida por Pyongyang. “Es vital que trabajemos por la desnuclearización norcoreana”, recalcó Yoon. En un contexto tan delicado, la posición de China adquiere una relevancia significativa, ya que su influencia y relación cercana con Pyongyang pueden desempeñar un papel crucial en la búsqueda de una salida pacífica a la crisis.

La respuesta norcoreana no se hizo esperar, con un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores calificando el debate a tres bandas como una “grave provocación política”. Además, denunció enérgicamente lo que consideró una “violación de su estatus constitucional como Estado poseedor de armas nucleares”.

Por otra parte, el Reino Ermitaño acusó el domingo a Washington y Seúl de llevar a cabo operaciones de espionaje cerca de la península coreana y advirtió de que tomaría “medidas inmediatas” si se violaba su soberanía. El viceministro de Defensa, Kim Kang II, afirmó que Estados Unidos había desplegado decenas de aviones militares como parte de unas actividades hostiles observadas durante los últimos 12 días, y lo calificó como unos actos “de un nivel superior a un estado de guerra”. “Este espionaje agresivo combinado con diversos ejercicios militares, se ha convertido en la causa principal de la constante escalada de las tensiones militares regionales”, condenó el viceministro.