Una espectacular ruta por la montaña de la Comunidad Valenciana esconde uno de los lugar es más extraordinarios de todo el mediterráneo. Uno de esos lugares que no dejan indiferente a nadie, y que ha sobrevivido al paso de tiempo y de la historia, dejando tras de sí una huella imborrable que nos ayuda hoy en día a comprender y conocer mejor de dónde venimos y cómo surgió la humanidad.
Para conocer este increíble lugar únicamente hay que desplazarse hasta la provincia de Castellón, donde en el municipio de Ares del Maestrat se encuentra la que se ha bautizado como “Capilla Sixtina” del arte rupestre mediterráneo, ya que contiene imágenes únicas de nuestros antepasados, perfectamente conservadas.
Todas ellas se encuentran detro de la llamada Cueva Remígia, ubicada en el barrando de la Gasulla, un bosque inigualable en pleno Levante donde abundan las encinas y los robles, formando una postal completamente mágica, propia de un cuento de hadas.
Cueva Remígia, como su nombre de Capilla Sixtina indica, es uno de los enclaves en los que mejor conservadas se encuentran las pinturas rupestres de nuestros antepasados, siendo así el máximo exponente del conjunto de este arte en la zona de Levante español. Un arte que, no obstante, no fue descubierto hasta el siglo XX casi por casualidad, por un pastor que merodeó la zona, y permitió que hoy en día se pueda disfrutar de esta maravilla histórica.
El conjunto contiene alrededor de mil pinturas prehistóricas, que se reparten entre la Cueva Remígia y el Cingle de Mola Remigia, y su origen se data entre varios miles de años, entre el 7000 y el 1000 a. C, por lo que su valor histórico y patrimonial es incalculable.
Esos tonos rojizos marcados en las paredes de la cueva son todo un ejemplo de la importancia de este arte desde hace miles de años, hecho por el cual la UNESCO declaró estas pinturas como Patrimonio de la Humanidad.
Temática
Sin duda, el tema predominante de estas pinturas rupestres es la caza. En ellas se pueden observar mayoritariamente animales, y además, se pueden ver escenas típicas de caza que quedaron imortalizadas para la eternidad.
De esta forma, también se pueden conocer los gustos y tradiciones de nuestros ancestros, qué tipo de animales había en la zona y cómo era la vida en aquel entonces. Si la caza era en grupo o en solitario, qué animales preferían o qué tipo de armas empleaban para ello.
Se trata sin duda de todo un monumento histórico de la vida hace miles de años, que muestra a los guerreros de la época, a las familias que entonces habitaban la tierra, los animales que nos rodeaban, y en definitiva, cómo fue el origen de las civilizaciones en un lugar tan próximo a nosotros como lo es el Mediterráneo.
