La crónica de Amilibia: ¡Esa alegría de la huerta!

La crónica de Amilibia: ¡Esa alegría de la huerta!

Leo: «Mentiras con Alegría sobre Begoña Gómez. La portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, dio un recital desde la Moncloa de cómo reinterpretar un auto judicial. Donde la Audiencia de Madrid vio razones de peso para seguir investigando a Begoña por tráfico de influencias, Alegría vio un caso reducido “al mínimo” y al borde del archivo». ¿Reinterpretar? Más que eso: la portavoz quizá cree que un auto judicial es el coche del juez Peinado, como otros suelen creen que un auto sacramental es el coche del obispo. Ah, Pilar: no encontrará Él una escudera mejor. Ella es el sol («Alegría» se llama el espectáculo del Circo del Sol) que ilumina nuestro tedio cuando comparece tras el Consejo de Ministros para regocijo y asombro del personal. Dicen las malas lenguas del Olimpo monclovita, que es la diosa Ápate, el espíritu del engaño que salió de la caja de Pandora: en ella están todos los trucos y embaucamientos conocidos.

Yo la veo más como «La alegría de la huerta», zarzuela del maestro Chueca que trata de un proyecto de matrimonio de conveniencia en el que triunfa el amor. Se abre con el bonito número «Arsa, gitana, mata las penas». Ella es la quitapenas del Gobierno. Supera la ficción «pinochotista» (de Pinocho, patrón de los portavoces) para alcanzar la burla y el cachondeo, en seria competencia con este bufón. Ahora que la Oficina de Consignas de la Moncloa echa humo, puede convertirse en la mayor heroína en la defensa del Apolo, capaz de transformar el escándalo Koldo/Ábalos/Aldama/Marlaska/Calviño/Bego/Sánchez en una multa por aparcamiento. En el centenario del nacimiento de Truman Capote, uno de sus biógrafos dice: «Todo el mundo está de acuerdo en que era un gran mentiroso, pero sus mentiras eran mejores que sus verdades».

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