La filatelia vive su segunda época dorada en la capital

La filatelia vive su segunda época dorada en la capital

La filatelia está viviendo su segunda época dorada. Si bien es cierto que su máximo esplendor, en cuanto a difusión global y número de coleccionistas, lo vivió hace más de un siglo, su normalización por el uso de las cartas como medio de comunicación trajo consigo un descenso en cuanto a coleccionistas y valor. A pesar de que cada vez se ven menos cartas en nuestros buzones, los filatélicos han logrado frenar esa caída, siendo cada vez más los interesados en un coleccionismo tangible. «Se puede decir que con los sellos ha pasado como con la música; el vinilo desapareció, pero desde hace unos años vuelve a estar de moda. La gente demanda otro tipo de cosas, está cansada de lo digital», reflexiona Javier Montaner, presidente de la Asociación Nacional de Empresarios de Filatelia, Numismática y Coleccionismo de España (ANFIL).

Aunque pueda resultar sorprendente, aún son muchos los establecimientos especializados que permanecen abiertos en la capital, superan la veintena y casi la mitad de ellas, se encuentran en la Plaza Mayor y sus alrededores. Nos trasladamos hasta allí, donde hasta mañana a medio día se celebrará la 54 edición de la Feria Nacional del Sello de Madrid. Cerca de una veintena de estands, comerciales e institucionales, estarán a disposición del público para conocer todo lo relacionado con los sellos y las monedas, comprar o hacer cualquier tipo de consulta a los profesionales del sector. La entrada es libre y gratuita y todo aquel que acuda al estand oficial de ANFIL recibirá un regalo filatélico.

Pero no solo ha sido esto a lo que han tenido que enfrentarse en el sector; también a la llegada de la tecnología. Internet ha cambiado todos los aspectos del comercio y en un mundo tradicional y físico como era el de la filatelia, acoplarse a ello ha sido todo un reto. «Aún estamos aprendiendo, es verdad que tiene muchas ventajas, se puede ver una pieza con una calidad excepcional y se amplía el mercado a nivel global, pero un buen coleccionista debe seguir consultando tiendas físicas, no todo lo que está en internet es real», afirma Montaner. Afortunadamente, esto también ha propiciado que el perfil de cliente haya cambiado. El prejuicio de hombre de avanzada edad, elitista y con cierto poder adquisitivo, ha quedado completamente desterrado y es un mundo que se va democratizando cada vez más. «El problema es que hay mucho desconocimiento, no solo hay piezas de mucho valor y subastas desorbitadas. Se puede ser coleccionista con un presupuesto pequeño. Es un mundo inabarcable», asegura. También se está trabajando para acercarlo a un público más joven.

Por este motivo, han hecho que esta edición de la Feria Nacional del Sello sea más interactiva y cuente con un espacio para los más pequeños donde pueden hacer diseño de sellos y participar en un concurso. Además, en el estand de la Fábrica de la Moneda y Timbre se puede ver cómo se imprimen monedas con un cospel. La gran novedad este año es sin duda la presentación del criptosello, un producto novedoso que aúna las cualidades de un sello con componentes NFT. Ya se ha hecho en otros países y, por primera vez en España, ha querido estar presente en la feria.

Por otro lado, cuenta con un espacio de grandes piezas de coleccionismo, tanto de monedas como de billetes. En la primera sección se podrá ver una selección de 12 Áureos, monedas de oro que se acuñaban durante la época romana. Entre ellas destacan algunas piezas excepcionales, por su belleza y calidad, como los áureos de Nerón, Trajano o Vespasiano. Posiblemente el áureo romano, por su gran belleza y rareza, sea una de las piezas numismáticas más buscada por los coleccionistas. En la segunda sección destacan tres piezas muy exclusivas. Se trata de las pruebas de distintos billetes del periodo del rey Juan Carlos, entre ellas, una prueba de un modelo no adoptado de un billete de 20.000 pesetas, que jamás llegó a entrar en circulación y hasta el domingo, será la única oportunidad para contemplarlo. En cuanto a filatelia, se podrán admirar los dos bocetos originales en acuarela con las inscripciones para la impresión combinada de un sello de 4 pesetas, conmemorativo del 50 Aniversario del Mercado Filatélico de la Plaza Mayor de Madrid, realizadas en 1976 y que no llegaron a emitirse. Están firmados por el grabador de la FNMT, M. Salamanca, siendo ejemplares únicos.

Desde hace años, ANFIL colabora con Correos para hacer ver la importancia que tienen los sellos. «Es un trozo de papel muy pequeño, pero cualquier sello implica una historia, acontecimiento, efeméride muy importante, y es necesario que haya visibilidad». Por eso, Correos lleva años esforzándose para acercarlo a las nuevas generaciones, lanzando diseños más atractivos, con olores o con personajes que identifiquen los más jóvenes.

Laura Gomis es la miembro más joven de ANFIL, donde entró hace un año. Sin embargo, su pasión por los sellos viene desde que era pequeña, pues su padre está al frente de Círculo Madrid (Mayor, 6) desde que tenía dieciocho años. «Pese a que mi formación es de profesora, hace unos años decidí meterme en este mundo porque me gusta. Por desgracia, falta mucha gente joven en el sector», explica. Lo que más le llamó la atención, dice, es la expertización: «El secreto está en ver y tener muchos sellos, buenos y malos, para saber diferenciarlos. Poco a poco vas cazando con más precisión los mínimos detalles que les dan autenticidad». Marcas de agua, tipo de papel, el estado del dentado, buena o mala impresión, usado o no… todo esto les hace únicos. En su poder tienen el número uno de España, de 1850 con Isabel II, a un precio asequible de 450 euros, y también el primero de Inglaterra.

Con motivo del centenario del nacimiento de Pablo Picasso, la editorial EDIFIL ha recibido una serie de monedas conmemorativas que emitió la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre y que pueden verse y comprar en la feria. «Son muy peculiares, como era él como artista. Son cuadradas, hay seis modelos y solo seis mil ejemplares de onza», explica David López, jefe de almacén. Mientras que de los cincuentines conmemorativos solo existen 2.000. Verlos merece la pena, comprarlos lo dejamos a su elección.