La “maldición” del gasto creciente: por qué cuanto más gano peor me administro el dinero

La “maldición” del gasto creciente: por qué cuanto más gano peor me administro el dinero

A veces más es menos. Ganar más no es siempre es sinónimo de ahorrar más y administrarse mejor el dinero. Aunque no hay que obviar el efecto de la inflación, que ha mermado el poder adquisitivo y la capacidad de ahorro de los españoles, hay muchos trabajadores que con un salario más alto tienen más dificultades para llegar a fin de mes que cuando tenían ingresos más bajos. ¿El motivo? La trampa del gasto creciente.

Según esta teoría del gasto creciente, ganar más es igual a consumir más, ya que nuestro nivel de vida tenderá a responder con la misma intensidad según vaya ampliándose nuestra capacidad financiera”, explica BBVA en su blog BBVA Mi Jubilación. Por ello, no siempre que aumentan los ingresos se consigue ahorrar más. “Posponemos el ahorro indefinidamente, porque nuestro cerebro está programado para recibir recompensas inmediatas (sesgo del presente)”, añade BBVA.

Con un mayor sueldo podemos asumir el pago de una vivienda más grande y mejor ubicada, cambiar de coche, comprar mobiliario y disfrutar de más planes de ocio. En definitiva, a medida que aumentan nuestros ingresos también mejora nuestra calidad de vida, pero un gasto excesivo a corto plazo puede lastrar el ahorro y frustrar nuestros objetivos vitales a largo plazo.

Cómo evitar la “maldición” del gasto creciente

Instituto BBVA de Pensiones recoge una serie de conductas que puedes incorporar a la administración de tus finanzas para mantener a raya los gastos y conseguir ahorrar:

-Preahorrar. Esto consiste en ahorrar antes de gastar, lo que se puede hacer destinando una parte del salario recién ingresado a otra cuenta o a productos de ahorro para no tener disponible esa parte. BBVA aconseja destinar entre un 5% y 10% de los ingresos al ahorro y si el sueldo aumenta también debe hacerlo proporcionalmente el dinero guardado.

-Clasificar los gastos. Diferenciar entre gastos fijos necesarios (hipoteca, alquiler…), variables necesarios (comida, ropa, suministros…) y gastos discrecionales (hobbies, cine, salidas a cenar, viajes…). De esta manera, si quieres recortar gastos sabrás por dónde empezar.

-Controlar los gastos hormigas. ¿Qué son? “Son esos pequeños gastos diarios innecesarios y que son casi inapreciables, pero que si los juntamos todos alcanzan una cantidad de dinero importante y pueden crear un agujero en nuestra economía personal”, explica BBVA.

-Cambiar los objetivos financieros si los ingresos aumentan. Si experimentas un importante incremento del salario, puedes dedicar una parte de tus ahorros a invertir, buscando una mayor rentabilidad, o fijarte alguna meta financiera a medio plazo como comprarte una casa.

Please follow and like us:
Pin Share