Fue el pasado mes de mayo cuando se dio a conocer que el hijo de Nicolas Cage y Christina Fulton, Weston Cage, estaba siendo investigado por propinar una supuesta paliza a su madre. La exmujer del aclamado actor fue vista entonces paseando con heridas y magulladuras, consecuencia de la agresión que sufrió por parte de su propio hijo el pasado 28 de abril. Según los testigos, una discusión inicial terminó en violencia y la mujer incluso requirió atención médica.
Cuando los sanitarios y las autoridades llegaron a la vivienda, Weston Cage ya se había marchado y desde entonces permanecía en busca y captura. Medios estadounidenses indican que ha sido él mismo quien se ha personado en una comisaría de Los Ángeles, acompañado de su abogado, para poner fin a la incómoda situación. Tras abonar una fianza de 150.000 dólares, el hijo del actor ha sido puesto en libertad a la espera de ser requerido por la Justicia.
Se desconoce si las autoridades actuaron de oficio a la hora de interponer una denuncia contra Cage o si fue su madre la que actuó, puesto que poco después ella negó lo ocurrido y se limitó a pedir que se respetara su privacidad.
Por lo visto, la relación de Weston con su madre no es del todo buena, un distanciamiento que podría haber comenzado con una demanda que Fulton interpuso contra su ex Nicolas Cage en 2009. Se separaron en 1990, muy poco después del nacimiento de su hijo, y casi veinte años después ella acusó al actor de supuesto fraude e incumplimiento de contrato.
Según Fulton, Cage prometió poner la vivienda a su nombre a cambio de que ella cuidara de su hijo, pero cuando este cumplió 18 años, el artista envió una orden de desahucio a su exmujer, que se percató entonces de que nunca fue la legítima propietaria de la casa.
Fulton le reclamaba 13 millones de dólares, justo en un momento en que las finanzas de Cage no pasaban por su mejor momento. De hecho, ese mismo año, le fueron embargadas dos propiedades valoradas en casi 7 millones de dólares.
Un enfrentamiento en los tribunales que como suele ocurrir en estos casos pasó factura a su hijo, quien podría arrastrar desde entonces cierto resentimiento o rencor que terminó con la brutal agresión a su madre.
