La purificación de Francia

La purificación de Francia

El 21 de mayo de 1940, cuando las tropas alemanas entraron en Francia arrollando cualquier resistencia, André Gide escribió en su diario: “¡Oh ciudadanos franceses, frívolos incurables! Hoy pagaréis cara vuestra falta de diligencia, vuestra inconsciencia y vuestra obstinación por acostaros encima de tantas virtudes preciosas”. El 23 de junio, Hitler hizo una visita relámpago a París para saborear su victoria. Un poco antes, el día 10, el mariscal Pétain enterró en Vichy la Tercera República y asumió plenos poderes en la parte de Francia que no estaba bajo el dominio directo de la Alemania nazi. Europa sufría entonces una de las mayores convulsiones de su historia, y Pétain puso enseguida en marcha su Revolución Nacional. El historiador Robert O. Paxton, en La Francia de Vichy (Noguer), un libro que resulta ahora muy difícil de conseguir, apunta que la historia de esa Revolución Nacional es “una historia de la concentración gradual alrededor de una serie de polos: catolicismo integral, centralismo napoleónico, capitalismo más concentrado, y coerción”.

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