No solo pintaban bastos para los grandes países productores de crudo, reunidos en torno a la antaño todopoderosa Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP): las petroleras occidentales y, muy particularmente, las europeas llevaban meses sufriendo la caída de precios del crudo, que había pasado de 90 a 70 dólares por barril en menos de medio año, y unas perspectivas de demanda nada halagüeñas para sus intereses. Todo eso ha cambiado en un abrir y cerrar de ojos: el brent ha regresado a la zona de 80 dólares por barril por primera vez desde mediados de julio.
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