“Las Fuerzas de Defensa Israelíes llevan más de 15 años planeando la guerra contra Hizbulá”

“Las Fuerzas de Defensa Israelíes llevan más de 15 años planeando la guerra contra Hizbulá”

Un año después, ¿ha logrado Israel sus objetivos en Gaza? Más de 96 rehenes, 30 de los cuales Israel cree que están muertos, siguen en manos de Hamás.

Los objetivos de Israel se dividen entre restaurar la seguridad nacional y vengar sus pérdidas. No hay un punto claro en el que pueda declararse que se ha alcanzado ninguno de esos objetivos, y en el proceso Israel ha extendido su acción militar a Líbano e Irán. Que Israel dé más prioridad a la seguridad que a la venganza ha dividido al país, mientras los familiares y amigos de los rehenes desesperan de que su Gobierno trabaje para conseguir su liberación. Y cuanto más dure la guerra, más oposición provocará, lo que hará más probable que la seguridad de Israel se vea amenazada de nuevo en el futuro. Al final, no hay solución por medios militares.

¿Ha aprendido Israel de los errores de inteligencia que no pudieron evitar el ataque masivo de Hamás del 7 de octubre de 2023?

Parece que no. La fuerza de observadores (compuesta exclusivamente por mujeres) que había expresado su preocupación por un ataque inminente, solo para ser ignorada por el mando superior (compuesto exclusivamente por hombres), se ha quejado de que su información de inteligencia fue pasada por alto antes del 7 de octubre y sigue siendo ignorada hoy en día. Israel espera degradar los arsenales y la mano de obra de sus enemigos en Gaza y el sur de Líbano, y contener a su Estado patrocinador, Irán, y ha demostrado una notable penetración en la organización de sus enemigos. Pero esa es la inteligencia para atacar, más que para defender. Y mientras golpea a sus enemigos, está perdiendo la capacidad de reunir la inteligencia necesaria para prevenir futuras amenazas.

¿Qué busca Israel abriendo un nuevo frente de guerra en Líbano?

Según todos los indicios, las Fuerzas de Defensa Israelíes (FDI) llevan más de 15 años planeando la guerra contra Hizbulá, como nunca lo habían hecho con Hamás en Gaza. Los objetivos de Israel parecen ser dos: degradar la amenaza que el arsenal y la mano de obra de Hizbulá suponen para la frontera norte de Israel, y tranquilizar a los ciudadanos israelíes en el sentido de que su Gobierno y su ejército disponen de los medios para infiltrarse y destruir a un enemigo poderoso como Hizbulá.

Por supuesto, Israel justifica la guerra en Líbano con el argumento de detener los ataques diarios con cohetes que han obligado a más de 60.000 israelíes a abandonar sus hogares en el norte de Israel. Sin embargo, un alto el fuego con Hamás, que devolviera a casa a los rehenes y pusiera fin al sufrimiento de los civiles en Gaza, habría logrado el mismo fin. Abrir un nuevo frente de guerra en el país levantino no puede justificarse por estos motivos. Israel quería claramente castigar a la organización chií de Hizbulá por el daño que ha infligido durante el último año.

¿La operación militar contra Hizbulá pretende eclipsar la guerra en Gaza?

No sabría decirlo. Me parece que permite al Gobierno de Benjamin Netanyahu preservar la solidaridad de guerra para remendar las divisiones en la sociedad israelí provocadas por las acciones y fallos del Gobierno de coalición durante este último año. Pero está claro que la opinión pública internacional ha desplazado su mirada de la Franja de Gaza al sur de Líbano. Sin embargo, el sufrimiento en Gaza no ha disminuido, ni los israelíes y palestinos están más cerca de encontrar una solución a la guerra más larga del conflicto árabe-israelí.

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