Las joyas ocultas del patrimonio industrial de Madrid

Las joyas ocultas del patrimonio industrial de Madrid

Madrid tiene un importante patrimonio industrial que para muchos resulta desconocido y que es testigo de la evolución tecnológica y social de la región. Es por esto por lo que la consejería de Cultura ha lanzado una guía que supone abrir la puerta al pasado industrial de la región a la vez que ofrece una perspectiva única sobre su transformación y desarrollo a lo largo de los siglos desde la arquitectura y la ingeniería.

La guía destaca emplazamientos de oficios tradicionales como las salinas Espartinas de Ciempozuelos o el paisaje de Carcaballana en Villamanrique de Tajo. Otros puntos de interés incluyen Nuevo Baztán, Colmenar Viejo, los Molinos de El Grajal en Arroyomolinos, el Museo de la Molinería en Morata de Tajuña y los hornos tinajeros de Colmenar de Oreja.

Con la llegada de los Borbones, Madrid vio el establecimiento de numerosas fábricas, como la de Porcelanas del Buen Retiro, la Real Fábrica de Paños de San Fernando de Henares y la Real Fábrica de Relojes. Aunque muchas de estas instalaciones no han sobrevivido, algunas, como la Fábrica de Tapices y la Fábrica de Vidrios de Valdemorillo, aún pueden visitarse.

Edificios industriales del siglo XX, como el Matadero de Madrid y el Mercado de San Miguel, han sido reintegrados en el casco urbano con fines culturales. Otros ejemplos notables incluyen el Archivo y Biblioteca Regional de la Comunidad de Madrid en la antigua Fábrica El Águila, el Museo ABC de Dibujo e Ilustración en la fábrica Mahou y el Caixaforum en la Central de Mediodía.

En Alcalá de Henares, la fábrica de harinas La Esperanza y la fábrica Gal son ejemplos de esta arquitectura industrial. La fábrica Gal alberga el Museo Motos Made in Spain, donde se puede conocer la historia de esta industria en el país.

La guía también resalta obras de la arquitectura contemporánea como la Gasolinera de Porto Pi, la Central Térmica de la Ciudad Universitaria, la Nave Boetticher y la fábrica Martini Rossi.

En el ámbito de las telecomunicaciones, el Palacio de Correos y Telégrafos, hoy sede del Ayuntamiento de Madrid, es un punto destacado. Esta «Catedral de las comunicaciones» ofrece servicios turísticos, restaurantes, terrazas y el espacio cultural CentroCentro.

Un paso de gigante fue la invención del telégrafo a finales del siglo XVIII, que tuvo como sede la Real Casa de Correos de la Puerta del Sol, donde hoy se ubica la Presidencia del Gobierno regional. La telegrafía requería de la repetición de señales mediante torres distribuidas a lo largo del territorio como las de Navalapiedra, la de Arganda, la del cerro de Valdelascasas y la del cerro de La Labina, en Aranjuez.

Madrid también tiene un importante legado en aviación, con aeródromos históricos como los de Cuatro Vientos y Getafe.

La estación espacial de Fresnedillas de la Oliva, que fue la primera en escuchar las palabras de Neil Armstrong al pisar la luna, alberga hoy el Museo Lunar. En Robledo de Chavela se encuentra el Madrid Deep Space Communications Complex de la NASA.

El patrimonio industrial madrileño incluye hitos de la ingeniería hidráulica, como la Presa del Embocador de Aranjuez y la de El Gasco en Las Rozas, que datan del siglo XVIII. En 1851 se construyó el Canal de Isabel II, que sigue siendo esencial para el suministro de agua de la ciudad. La guía también menciona el Embalse de Ríosequillo, el Embalse de la Pinilla y la Presa de El Atazar, la mayor del sistema del Canal de Isabel II que, junto con otras, conforman un sistema combinado de control de las aguas de la comunidad autónoma.

La canalización del agua hacia la ciudad y las huertas y otros proyectos más ambiciosos, que pretendían comunicar Madrid con los principales puertos de la Península, motivaron la construcción de canales como el del Manzanares, el del Guadarrama, el de Cabarrús o el de Aranjuez, que ha sido reconocido como Paisaje Cultural de la UNESCO.

Historia profunda

El consejero de Cultura, Turismo y Deporte, Mariano de Paco Serrano, subrayó la relevancia de estas guías para que tanto madrileños como turistas descubran y visiten de primera mano el patrimonio cultural e industrial repartido por la región. «Son emplazamientos que en algunos casos pasan más desapercibidos, pero que guardan una historia profunda con vivencias reales y que son exponentes de una amplísima variedad tanto arquitectónica como artística», afirmó Serrano.

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