“Los coches serán smartphones con ruedas; la era del software ha llegado a la automoción”

“Los coches serán smartphones con ruedas; la era del software ha llegado a la automoción”

El panorama actual del sector automovilístico y de la movilidad está marcado por una profunda transformación impulsada por diversos factores, entre los que destaca el papel crucial del software. Esta evolución se asemeja a la transición histórica que presenció Nueva York a principios del siglo XX, donde en apenas una década se pasó de la tracción animal a los vehículos motorizados. En este sentido, el cambio hacia una movilidad eléctrica, conectada y sostenible es innegable, con implicaciones significativas tanto a nivel tecnológico como regulatorio. En el transcurso de la última década, hemos sido testigos de hitos importantes en la industria automotriz, como por ejemplo el desarrollo de vehículos 100% eléctricos que conducen a más electrónica y software para gestionar la energía eléctrica o a través de iniciativas como la prohibición de vehículos de combustión interna en Europa a partir de 2035. Este cambio de paradigma implica una redefinición del concepto tradicional de vehículo, donde el software juega un papel central.

El sector ha transitado de la mecánica a la mecatrónica, pasando por la electrónica y por último en el software. Dicho software ha evolucionado de ser un componente marginal en el coste unitario de un automóvil a ser un diferenciador clave en la próxima era de la movilidad. Para dimensionarlo, hace años los elementos electrónicos y el software representaban un 10% del coste unitario del vehículo mientras que en el futuro podrán llegar a representar más del 50%, lo que determina el impacto que tiene el software hoy en día. Y es que, el vehículo del futuro será un smartphone con ruedas.

Este cambio hacia una economía dominada por el software implica retos y oportunidades para la industria, así como para la sociedad en su conjunto. En respuesta a estos desafíos, empresas como Renault Group han adoptado estrategias innovadoras, como la reestructuración de sus operaciones en equipos especializados y la búsqueda de colaboraciones estratégicas a nivel mundial. Sin embargo, esta transición no está exenta de obstáculos. En concreto la industria se enfrenta a varios desafíos regulatorios, tecnológicos, económicos y medioambientales, que requieren una respuesta ágil y coordinada. Uno de los retos más sensibles es el tsunami regulatorio europeo, que conlleva a una media de entre 6 y 8 nuevas normativas anuales, lo que implica un estudio pormenorizado y cambios constantes para adaptar los vehículos. Por otra parte, hoy en día nos enfrentamos a la volatilidad de los precios de los materiales críticos para la fabricación de vehículos eléctricos, como el litio y el cobalto, así como la competencia global, representan retos significativos que deben abordarse con celeridad.

En este contexto, si se habla de transición justa, no solamente se debe pensar en la movilidad y la energía, sino que también afecta a los empleados y las generaciones del futuro. La formación y la capacitación juegan un papel fundamental en la preparación de la fuerza laboral para los empleos del mañana en el sector de la movilidad. En un mundo tan cambiante la velocidad y la competitividad se presentan como imperativos para sobrevivir y prosperar en esta nueva era, donde la innovación y la diferenciación son las piedras angulares para mantener la relevancia en un mercado cada vez más globalizado y competitivo. En este cambio de paradigma, España aspira a convertirse en un actor relevante en el desarrollo de software para la industria automovilística, aprovechando su experiencia en la fabricación de vehículos y su potencial para la innovación. De esta forma, la colaboración entre empresas, instituciones educativas y el gobierno es esencial para fomentar un ecosistema de software vibrante y competitivo en nuestro país.

Más allá de nuestras fronteras, el futuro de la industria del automóvil no debe afrontarse de forma individual por parte de cada uno de los países, debe abordarse bajo un planteamiento europeo conjunto. El objetivo es buscar una complicidad transversal público-privada intersectorial donde todos los actores necesarios para el desarrollo del vehículo eléctrico y sus componentes, sin olvidar el microchip, estandarizan unas tecnologías «Made in Europe» para garantizar esta soberanía tecnológica y competitiva en Europa buscando factores de escala. Solamente si Europa consigue establecer ecosistemas de movilidad, componentes del vehículo eléctrico y de software, estaremos en disposición de competir con otros mercados. En este sentido, la colaboración resulta fundamental. Europa puede sentar las bases para que los fabricantes europeos puedan diseñar software-defined vehicles a precios razonables, compartiendo algunos desarrollos y definiendo normas. Al igual que en China, los fabricantes europeos podrían compartir los componentes ocultos. Esta cooperación supondría una ventaja competitiva en un mercado como el del software que en 2030 representará el 40% del valor del vehículo. Esta ruta hacia la transformación la industria automovilística se debe abordar bajo el prisma de la innovación, la agilidad y la vanguardia. Es un camino que se debe hacer de manera colaborativa y es que, la asociación con partners en software como Google o Qualcomm, resulta fundamental para alcanzar el éxito. Además, es importante apostar por la especialización con el fin de aportar un valor añadido respeto al resto de ofertas disponibles en Europa. No se trata de hacerlo todo puesto que es inabarcable, sino de centrarse en un área y llevarla a cabo de manera excelente. Para hacer frente al reto de cambios tan profundos en la industria del automóvil, Renault Group decidió concentrar sus fuerzas para especializarse y ser más ágil. En este contexto, en noviembre de 2023 lanzó Ampere, un nuevo modelo de negocio automovilístico, pure player dedicado a los vehículos eléctricos inteligentes, con el objetivo de democratizar los vehículos eléctricos en Europa.

Nuestro compromiso con el desarrollo del software ha sido una prioridad desde hace años. En 2017, la compañía adquirió los centros de I+D de Intel en Francia, integrando a los ingenieros de software de los centros de Sophia-Antipolis y Toulouse. En la actualidad, Ampere cuenta con alrededor de 2.000 ingenieros especializados en software y sistemas, distribuidos en varios sitios estratégicos, incluyendo el Technocentre en la región de París, así como en Sophia-Antipolis y Toulouse, al que se ha unido recientemente el Software Hub de Madrid. Si el futuro de la movilidad es eléctrico y conectado significa que el desarrollo de software aplicado a la movilidad tendrá un peso cada vez mayor. Aquellas compañías y grandes potencias que sean capaces de diferenciarse en sus procesos y los servicios que prestan y se adapten a los desafíos regulatorios, tecnológicos y medioambientales de forma ágil, rápida y sostenible serán aquellas que lleguen primeros a la meta en esta carrera de fondo. La industria va tan rápido que mañana ya es tarde, se debe actuar ahora para conquistar la era del software.

*Josep María Recasens, director de estrategia Renault Group y presidente Renault España