Los destinos con sabor de José Miguel García Pellegrino, de Katagi Blau, en Mallorca: Vida Meva y Porto Zulema

Los destinos con sabor de José Miguel García Pellegrino, de Katagi  Blau, en Mallorca: Vida Meva y Porto Zulema

R egresamos a Mallorca y esta vez lo hacemos al Iberostar Selection Llaut Palma, donde, además de comernos la bahía de Palma, reservamos en Katagi Blau, dirigido por José Miguel García Pellegrino, cuyo objetivo es unir la isla con Asia en el plato. El resultado son recetas sorprendentes y tanto es así, que ha sido reconocido como el Mejor Restaurante de cocina fusión asiática en Europa, por World Luxury Restaurant Awards, y hace unos años fue premiado con el huevo de oro en la categoría de cócteles de TaPalma. Antes de aterrizar en este destino con sabor, el chef conoció a Pepe Solla y a Pepe Vieira en Venezuela, quienes le invitaron a viajar a la «tierriña», me animé y ya llevo muchos años en España también junto a Nacho Manzano: «La cocina amazónica no la elaboro en Katagi, porque es difícil conseguir los productos, pero sí hago las lácteo fermentaciones, que hacían los indígenas y que ahora están tan de moda. Entre ellas, el suero picante de leche», explica. En sus creaciones es protagonista el producto local, que probamos con esos matices del sudeste asiático, de ahí que lo mismo llegue a la mesa el «bao Shanghai», un pan chino al vapor con láminas de «hong-Shao-rou» (panceta) con pickles, cilantro y mayo sriracha que el tartar de lubina sobre un pastel de arroz «gohan» y salsa «unagi», una delicia para compartir como también lo es cualquier sugerencia de sushi. Nos gustaron los rolls rellenos de atún, salmón y serviola con tempura de espárragos, pepino con topping de aguacate, teriyaki y asian mayo.

Con teppanyaki

Como pescados locales, le gusta, dice, trabajar y dar a conocer los pescados de la isla, como la serviola, pieza que cura en una salmuera, marca en la plancha y crea una holandesa de togarachi, gamba roja y patató mallorquín, aunque la estrella es el bacalao negro con miso. Como novedades, anuncia un tataki de wayu con salsa de anguila, piñones y brotes y el tartar de atún trufado. Otra opción divertida es optar por alguno de los dos menús del teppanyaki (65 y 75 euros): «Los comensales disfrutan de una cena muy divertida, porque les invitamos a jugar mientras se interesan por los ingredientes y el modo de elaboración de cada bocado», añade. Ejemplos son el tartar de salmón, la sopa miso y las volandeiras con ensalada wakame con mojo asiático, la picaña de black angus con arroz frito y el lomo de corvina con emulsión de pescado y vegetales teppan. Su objetivo es demostrar que «puede haber un restaurante de nivel en un hotel» y lo consigue.

Vida Meva es un de sus destinos con sabor de la isla preferidos. Se trata del proyecto de Toni Martorell, alumno de Marc Fosh, el primer británico que consiguió una estrella Michelin en nuestro país. Realiza una cocina honesta, realiza un menú, que cambia todas las semanas «y se come riquísimo». Sólo sirve comidas y no abre los fines de semana. Porto Zulema es otra dirección a tener en cuenta. Le gusta su arroz con marisco, los vegetales salteados, las croquetas y el atún: «Es el lugar perfecto para comer platos caseros muy bien ejecutados y después ir a la playa», apunta sin olvidarse de Nap, en Santa Catalina, a donde acudir esa noche con antojo de pizza napolitana. Un consejo, pida la pizza de la casa, con mozzarella, «speck», champiñones, crema de trufa, rúcula y aceite de oliva virgen extra.

Donde: Avenida de América, 2. Playa de Palma.

Tel. : 971 59 60 70

Precio medio:

desde 50 euros.

katagiblau.com

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