Los enemigos de mis enemigos son mis amigos

Los enemigos de mis enemigos son mis amigos

Las redes sociales han dejado variedad de ejemplos en los últimos días de cómo no hay pegamento más potente que el enemigo común. En el amor, los polos opuestos se atraen. En la política, la falta de química entre elementos aparentemente semejantes, incluso de la misma fila de la tabla, diluida en el caldo catalizador de la polarización, provoca reacciones llamativas, alianzas sorprendentes, odios repentinos. Pisamos tierras raras.

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