Los intereses de la deuda: casi 40.000 millones anuales

Los intereses de la deuda: casi 40.000 millones anuales

El Gobierno ha enviado a Bruselas un Plan Presupuestario en el que se establece una previsión de gasto para pagar los intereses de la deuda pública, 39.000 millones de euros. El servicio de esa deuda es la consecuencia, según Jesús Martín, de una política económica «basada en el disparate presupuestario», muchos más gastos que ingresos.

Pedro Sánchez asumió una deuda pública en el año 2018 de 1,21 billones de euros. Cinco años después, en lugar de reducir el endeudamiento, lo ha incrementado hasta los 1,6 billones de euros. Las Comunidades Autónomas y los Ayuntamientos contribuyen a esta cifra alarmante en un diminuto porcentaje. Corresponde al desaforado gasto público del Gobierno y al despilfarro generalizado de la Administración central, cerca de 1,5 billones de euros.

El pago de los cerca de 40.000 millones de intereses que genera la deuda pública constituye una de las partidas más elevadas de los Presupuestos Generales del Estado, por detrás de las pensiones, pero por delante de las prestaciones por desempleo. En su frenética búsqueda de votos, Pedro Sánchez derrocha cantidades ingentes para atraerse a determinados sectores y, a pesar de subir los impuestos hasta límites confiscatorios, ha necesitado endeudarse cada semana un poco más para pagar sus promesas y sus disparates. Konrad Adenauer, aquel anciano sabio que, junto a Ludwig Erhard, ordenó la economía alemana de posguerra, aseguraba que a los Gobiernos no los derrumban los errores ideológicos y políticos sino la incapacidad en la gestión económica.

La deuda pública, con los intereses correspondientes, hay que pagarla. Las próximas generaciones se enfrentarán con una situación escalofriante. El sanchismo, en lugar de reducir la deuda, la ha puesto al galope y se está desbocando. Difícil será encontrar a un jinete económico capaz de embridar la economía futura. «La sórdida avaricia y la loca prodigalidad, atemperándose la una a la otra, dan el peor resultado», escribió en England and France, or a cure for the ministerial gallomania, Benjamin Disraeli, al que André Maurois consideraba como la cabeza más lúcida del Imperio británico en el siglo XIX.

Luis María Anson, de la Real Academia Española.

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