Los juristas analizan los diez años de Felipe VI

Los juristas analizan los diez años de Felipe VI

En el seno de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación de España y con su presidente, Manuel Pizarro, a cargo de la clausura, se celebraron ayer tres mesas redondas en las que grandes figuras del Derecho español analizaron los diez años de Reinado de Felipe VI que se cumplen el próximo miércoles.

El académico de la institución Manuel Aragón defendió en una intervención inaugural de las jornadas que la neutralidad constitucionalmente impuesta al Rey no significa que esté «neutralizado» en el ejercicio de sus funciones ya que tiene derecho a «advertir» y «aconsejar» en los asuntos «ordinarios» que así lo requieren.

Particularmente, apuntó Aragón, a los que ponen en peligro la Constitución y citó como ejemplo su recordado discurso durante el 1-O y la DUI de 2017 en Cataluña.

De igual forma, rechazó la necesidad de acometer una hipotética reforma legal o constitucional ya que, argumentó, su Reinado «enteramente positivo» le han otorgado la legitimidad y su papel como figura esencial del entramado institucional para la pacífica convivencia.

En la primera mesa, Manuel Fernández-Fontecha, Diego López Garrido, Francesc de Carreras y Benigno Pendás coincidieron en rechazar la posibilidad de aprobar una ley para la Corona.

El primero destacó los obstáculos constitucionales que existen para su elaboración. López Garrido, por su parte, limitó la capacidad para regular de forma general la Jefatura del Estado a la Constitución, como ya lo hacen, recordó, los artículos 57.5 del texto constitucional. «Todas las normas referidas al Rey han sido de rango inferior al de ley», explicó.

El presidente de la Real Academia de las Ciencias Morales y Políticas, Benigno Pendás, reivindicó que «no cabe» una ley para la corona por «razones histórico-políticas» y debido a que ya se «racionalizan» las labores del Rey en el artículo 56 de la CE y en el título II. Lo demuestra, relató, que Felipe VI «no ha recibido presión mediática» en la sanción de la Ley de Amnistía.

De Carreras, por su parte, pasó a la legitimidad del Rey, asunto a abordar en la segunda mesa, y aseguró que ésta reside «en el origen de la Monarquía» como parte central de la Constitución y, por ello, «es democrática». Solo existen, replicó, «antecedentes en el sistema franquista», pero negó que naciera allí la actual Monarquía constitucional.

Dieron paso a la segunda de las mesas en la que se continuó analizando la legitimidad de la corona. Tomaron la palabra Ignacio Astarloa, Emilio Lamo de Espinosa y Yolanda Gómez. También el catedrático y académico Pedro García-Trevijano, que destacó las circunstancias «complejas, pero aleccionadoras» a las que se enfrentó durante el último decenio el Rey y subrayó que la legitimidad reside en el refrendo que recibió de toda la ciudadanía en referéndum cuando se materializó el apoyo popular a la Carta Magna del año 1978.

La tercera y última mesa contó con Piedad García-Escudero, Alfredo Pérez de Armiñan, Eduardo Torres-Dulce y Araceli Mangas para tratar los poderes de Felipe VI dentro de la estructura constitucional vigente.

Pérez de Armiñán expuso que son muchos y no menores los supuestos en que el Rey tiene «potestades bloqueantes» para negarse a actuar como garante del orden si se quebrantasen los procedimientos constitucionales por órganos del Estado.

[[QUOTE:PULL|||«Es el ejemplo de consenso más grande jamás practicado y con muchas renuncias»|||Miquel Roca]]

El que fuera fiscal general del Estado, Torres-Dulce, destacó la función del Rey como garante del «buen funcionamiento del Estado, integradora, ajena a la acción política y que «no tiene poderes» ni «prerrogativas» dentro de su «función simbólica». «Disfruta de auctoritas, pero carece de potestas», aludió, en referencia a su cualidad de autoridad, pero no, por ejemplo, de representante de la soberanía o poder alguno del Estado. Ejerce el papel, reivindicó, de «árbitro y moderador de las instituciones públicas».

En último lugar, uno de los padres de la Constitución Miquel Roca Junyent, testigo de ello, defendió la corona como «el ejemplo de consenso más grandes jamás practicado» y «con muchas renuncias» de fuerzas políticas que no habían estado alineadas tradicionalmente con la monarquía.

Así, Roca vio el mejor elogio que se puede dedicar a Felipe VI el reconocerle que «ha cumplido con su obligación y misión» desde que se convirtió en Rey el 19 de junio de 2013. «Un país está necesitado de símbolos, es a lo que damos valor, recordamos y añoramos», dijo también sobre su figura.

Clausuró la jornada el presidente de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación, Manuel Pizarro, agradeciendo a los presentes sus aportaciones en torno a la figura del Rey y su encaje constitucional como figura estuctural de España.

El acto, organizado por Luis María Cazorla, contó con la presencia, entre los numerosos oyentes, del secretario general de la Casa de Su Majestad el Rey, Domingo Martínez Palomo, y la exministra popular María Dolores de Cospedal.