Los libros de la semana: Josep Pla, capaz de vender su alma al Diablo

Los libros de la semana: Josep Pla, capaz de vender su alma al Diablo

«Un corazón furtivo. Vida de Josep Pla», de Xavier Pla. DESTINO. 1.568 páginas, 34,90 euros

Josep Pla, capaz de vender su alma al Diablo por la literatura

Ni tan huraño, ni tan distante o despistado. Xavier Pla publica una fantástica semblanza del escritor que es original incluso en su forma

Por Jesús FERRER

Existe un tipo de escritor que, más allá de su excelencia, hace de su dimensión social una leyenda; basta pensar en Borges, Cela o Umbral. Ocurrentes «boutades», sorprendentes extravagancias e insólitas peripecias enmascaran la auténtica personalidad de quienes hicieron literatura de la propia vida. Es el caso también del más influyente prosista catalán del pasado siglo, Josep Pla (1897-1981). Uno de los máximos especialistas en su obra, Xavier Pla, publica una biografía que se distancia brillantemente de la convencional metodología de este género, porque la obra supone una desmitificadora mirada a la entraña vital del genial autor de «El cuaderno gris». Construyó durante años su imagen de payés despistado, distante y enfurruñado individualista, desafortunado solterón y esclavizado periodista, cuando en realidad fue un sagaz observador de su entorno, sensible y tierno en el ámbito familiar, amante felizmente correspondido, y uno de los cronistas más reconocidos y mejor pagados de su época. Estos y otros referentes se ven avalados por una documentación exhaustiva y hasta ahora no consultada. Su febril búsqueda del adjetivo idóneo, la modernización de la prosa catalana, su muy estimable obra en castellano y su defensa del realismo conforman una convulsa grafomanía estética: «Pla es un personaje fáustico. Está dispuesto a pactar con el diablo a cambio de ser escritor. Siempre está a punto para vender su alma si obtiene a cambio la literatura y el reconocimiento del mundo. La figura de Fausto lo obsesiona. ¿Hasta qué punto se proyecta en ella? Ambición, obsesión e insatisfacción van de la mano».

Connivencia aliadófila

Es sabido que Pla colaboró con los servicios de espionaje franquistas durante la Guerra Civil, pero no es menos cierto, y se desvela aquí documentadamente, que en la posguerra contactó con entidades diplomáticas británicas y estadounidenses en clara connivencia aliadófila. Es esta una modélica biografía que penetra sagazmente en el corazón escondido de tan extraordinario escritor.

Lo mejor: La conjunción en el libro entre rigor investigador y amenidad expositiva

Lo peor: Poco negativo que señalar, se trata de una muy completa y minuciosa biografía

«Duro como el agua», de Yan Lianke. AUTOMÁTICA EDITORIAL. 492 páginas, 28 euros

Destripando, desde la censura, a Mao

Yan Lianke, otro censurado en China, destripa a Mao y su revuelta y noveliza la tragedia que esconde el régimen que hoy gobierna

Por Diego GÁNDARA

Es curioso pero no tanto: uno de los escritores chinos más leídos en el mundo no es publicado en su país por la sencilla razón de que cada uno de sus libros (casi veinte novelas y unos cuantos de cuentos) están censurados o prohibidos por el régimen comunista. Pero es igual, porque la obra de Yan Lianke, a pesar de las trabas y de los obstáculos, llega a los lectores de su país de todas formas, y no sólo eso: trasciende fronteras y alcanza a otros en todos los idiomas, especialmente, en español.

Nacido en Henán en 1958, Yan Lianke tiene una producción que, además de profusa, resulta diversa, dado que ninguno de sus libros se parece entre sí y suelen cambiar de forma en cada entrega, aunque la esencia que mantiene siempre es la misma: un tono crítico, a veces satírico y otras burlón, sobre la China contemporánea, tan variada y diversa como la obra de Yan Lianke. Una prueba más de ello es «Duro como el agua», novela publicada originalmente en 2001 y en la que el autor de «Los besos de Lenin» y «El sueño de la aldea Ding» ofrece una historia que, lejos de ser conmovedora, muestra más bien el lado oscuro de una ilusión que, si se hace colectiva, corre el riesgo de volverse un ensueño o una pesadilla.

Así, «Duro como el agua» se sumerge en un tiempo real: los años finales de la década del sesenta, durante la Revolución Cultural impulsada por Mao. Un soldado llamado Gao Aijun, que es desmovilizado del Ejército Popular de Liberación, regresa a su casa con un deseo: seguir haciendo la revolución. Es joven. Tiene apenas veintiséis años y el futuro por delante.

Locura y obsesión

Pero mientras se dirige a casa, a una vera del camino se encuentra con Hongmei, una mujer casada que sueña también con liderar la Revolución Cultural en curso. Pero la aventura en la que se embarcarán no será una aventura de amor épico y revolucionario, sino que tendrá mucho de locura y obsesión. Novela que deslumbra por su tono pausado pero también por las poderosas imagen que pincelan la historia, tiene el sabor tragicómico que poseen a veces las grandes aventuras, aunque esconde en su interior una crítica sagaz sobre los mecanismos alienantes de las ideologías.

Lo mejor: Su intención secreta de mostrar que el horror es la sombra de las buenas intenciones

Lo peor: Por momentos el trayecto del protagonista se vuelve algo tedioso para el lector

«Donde caiga la flecha», de Rosa Belmonte y Emilia Landaluce. ESPASA. 360 páginas, 20,90 euros

Rosa Belmonte y Emilia Landaluce, el «noir» se marcha de cacería

Las dos escritoras continúan con su saga con una segunda entrega que mejora a la primera y que abre grandes expectativas sobre la misma

Por Ángeles LÓPEZ

Esta nueva entrega de la periodista Socorro Núñez tiene hechuras. Es más, se la ve como cosida a mano y sin hilvanes. Eso se debe a que las autoras han «pagado a la costurera» y no han dejado cabo suelto. Si en la anterior novela tenía cuerpo, miembros, tórax y cabeza, en esta posee curvas. Ya sabíamos que era una plumilla de sucesos honrada, poco tendente al amarillismo y desclasada porque su madre es la cocinera de las dueñas del diario en el que trabaja. Ahora nos la encontramos más centrada en su profesión, aunque sin dejar de sortear las presiones laborales inherentes en cualquier redacción… y eludiendo su «affaire» amoroso con un hombre casado. Desbaratada, sí, pero como cualquier torre de Norman Foster, se está edificando a sí misma. Cuando decide investigar el suicidio de un infanticida asesino, sin resolver desde hace treinta años, solo tiene en mente dos cosas: descubrir quiénes fueron los culpables que escaparon y asumir su desclasamiento para volver al pueblo manchego de su familia, donde las Lequerica, dueñas del periódico que le da de comer, tienen una finca a la que invitan a cazar a posibles inversores.

Como un exorcismo

Las dos autoras –nunca entenderé cómo se escribe a cuatro manos– avanzan como si estuviesen practicando un exorcismo; así, cada vez atienden más a la prosa y a los detalles que al argumento –Henry James me perdone–. Todos los aspectos relativos a la caza (denostada como los toros: que alguien me explique los motivos) están descritos, así como la vida de un periodista obligado a soportar presiones y jefes ineptos. Y todo sin perder la perspectiva de la novela de enigma. No negra, ni noir, ni polar, al más puro estilo policial… Porque: ¿qué es el «negro», sino la sociología de las sombras? Esa es la aristocracia de quien ha leído y sabe escribir. Si la segunda entrega supera a la primera, no me quiero imaginar cómo será la siguiente.

Lo mejor: Se trata de una novela homogénea y compacta sobre un mundo de perdedores

Lo peor: Odiar, con dolor, a los que citan a Gil de Biedma y descubren a Chaves Nogales y Gay Talese

«El año de la langosta», de Terry Hayes. PLANETA. 848 páginas, 23,90 euros

Terry Hayes, tantos años han merecido la pena

Diez años después regresa el escritor de «Soy Pilgrim» con una novela que engancha y un desenlace que sin duda es arriesgado

Por Lluís FERNÁNDEZ

Diez años después de su debut literario con «Soy Pilgrim» (2015), que obtuvo un enorme éxito, Terry Hayes ha vuelto con su segunda novela de espías: «El año de la langosta». Demasiado tiempo, sin duda, han aguardado los muchos fans que cayeron hechizados por su espectacular debut ante el páramo de autores de la relevancia de Robert Ludlum, Frederick Forsyth, John le Carré o Eric Ambler.

De «Soy Pilgrim», LA RAZÓN dijo en una reseña: «Pilgrim es un espía de novela negra, instruido, aristocrático, con sentido del humor, frío y desalmado cuando la situación lo requiere y con una mente prodigiosa para definir con tino un más allá de la escena del crimen o de adelantarse a la acción criminal más compleja de su oponente, El Sarraceno, definido más por su fanatismo que por su psicología. Un bioterrorista ingenioso y reflexivo como el de Eric Ambler. La misoginia de Pilgrim sería su mayor diferencia con James Bond».

Nuevos adversarios

Ateniéndose a dichas características, los dos espías que se enfrentan, el agente de la CIA Kane y el terrorista Al-Tundra, apenas se diferencian de los contrincantes de «Soy Pilgrim». Ambos relatos combinan la novela de espías con el thriller de acción inverosímil pero que resulta efectivo. Con un estilo más que pausado, lento hasta el cansancio. Con momentos de suspense vibrantes y derrapes interminables que frenan el relato hasta hacerlo desaparecer en sus interminables 848 páginas. Quizá haya humanizado a los dos oponentes, pero el fanático religioso sigue siendo un bioterrorista enganchado a su misión divina, mientras que el agente que trabaja para la CIA se preocupa de los más débiles hasta el punto de poner en peligro su misión y también su vida.

Terry Hayes sigue siendo un deslumbrante novelista de intriga internacional. Como no es adecuado destripar la novela, dividida en cuatro partes: la primera, vibrante, la segunda y la tercera, sin duda, soberbias, y la última, sin embargo, rozando lo indescriptible, el lector deberá armarse de paciencia si desea conocer ese sorprendente final.

Lo mejor: La primera parte del libro, repleta de intensos momentos de suspense y acción

Lo peor: La parte final, inusual por un cambio de género que resulta del todo imprevisible